Las flotas comerciales y el coche eléctrico están condenados a llevarse bien.
Las empresas de reparto de mercancÃas, de servicios profesionales, el parque móvil de una administración, o los taxis, acabarán abrazando la opción del coche eléctrico no solo por las ventajas que le ofrece su modelo de propulsión, sino también por obra y gracia de las ordenanzas municipales que los nuevos gestores están imponiendo.
Algunas empresas consideran que aún hoy por hoy es prematuro el cambio dado de que aún faltan muchas infraestructuras que hagan posible reemplazar las flotas urbanas que usan combustible convencional por la energÃa eléctrica.
Por el contrario, aquellas que han iniciado ya este cambio lo consideran muy positivo. REMICA, por ejemplo, es una de las empresas pioneras que apostaron por renovar parte de su flota por vehÃculos eléctricos. En la actualidad, un 65% de estos ya funcionan con energÃa eléctrica lo que supondrá una reducción de más de 200 Toneladas CO2 a la atmósfera. El vehÃculo eléctrico tiene, además, otras ventajas, como la reducción de la contaminación acústica.
La compañÃa ha combinado este proceso con otros implantados en sus instalaciones a fin de reducir la factura energética lo que ha supuesto un ahorro del 86% en consumo de iluminación.