“Phubbing”, ¿Insociables, maleducados o simplemente adictos?

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El “Phubbing” es, a grandes rasgos, la práctica de ignorar al otro mientras se presta atención al celular.

Pasa en todos lados, en cualquier momento: estás comiendo en un restaurante, viendo una película en el cine, tomándote un café con un amigo… y el maldito celular está ahí, en medio de ti y tu acompañante. Más aún, su dueño ni siquiera hace el intento por soltarlo. Le cuentas algo  y hace como que te escucha mientras se “mensajea” con alguien o actualiza su estado en Twitter. ¿Te ha pasado?

Si has pasado por esto, sabrás que se trata de algo bastante desagradable. Pero no estás solo. Afortunadamente, un grupo de gente joven se está movilizando para poner un nombre a esta práctica y hacer que desaparezca de una vez por todas.

El “Phubbing” es, a grandes rasgos, la práctica de ignorar al otro mientras se presta atención al celular. No importa qué tanto crea la persona que es “multifuncional” y que puede hacer varias cosas al mismo tiempo, el Phubbing es una clara falta de respeto hacia sus acompañantes. Estados Unidos es el país donde ocurre esta práctica con mayor frecuencia, pero México no se queda atrás: es el lugar número 9 en la lista. De hecho, el único de América Latina que figura en ella.

El movimiento “anti-phubbing” fue iniciado por un joven australiano de 23 años llamado Alex Haigh. Su iniciativa ha tenido tanto eco que incluso ha llegado a los titulares del diario británico The Guardian. Desesperado por ver que las relaciones sociales se desvanecían tras las pantallas de los teléfonos celulares, el joven creó un sitio web para despertar conciencia sobre el abuso del celular en entornos públicos. También tiene una página de Facebook con ideas, fotos, noticias, y propuestas.

El sitio contiene una buena cantidad de ideas para desalentar a los usuarios compulsivos del celular: carteles para pegar en restaurantes, ideas de cartas para dirigir a los amigos, datos interesantes (como que un restaurante promedio verá 36 casos de Phubbing cada noche), propuestas de juegos como el “Phublotto” –el cual consiste en apilar los teléfonos celulares sobre la mesa; quien tome el suyo deberá pagar la cuenta–.