Con tan sólo un año de
funcionamiento, la campaña de recogida y reciclaje de
teléfonos móviles, Tragamóvil, ha conseguido recuperar
alrededor de 50 toneladas de residuos que serán transformados
en plásticos y metales con el consiguiente beneficio al medio
ambiente.
Gonzalo Torralbo,
responsable del proyecto Tragamóvil, la campaña,
pionera en Europa y puesta en marcha por la Asociación
Multisectorial de Empresas Españolas de Electrónica y
Comunicaciones (ASIMELEC), se inició con una experiencia
piloto en enero de 2001 en la Comunidad de Madrid, que fue
ampliada en mayo a todo el Estado.
En la campaña, apoyada por el Ministerio de Medio Ambiente y
las CC.AA, "se recogen los tres componentes principales de la
telefonía móvil: terminales, baterías y accesorios
(cargadores, transformadores, etc), de los cuales el 80 por
ciento son residuos que, mediante un tratamiento, se pueden
reciclar tanto en plásticos como en metales (férricos y no
férricos)", añadió. Aproximadamente un 25 por ciento del total
de lo recogido corresponde a terminales (sólo teléfono sin
batería y accesorios); en torno a un 30 ó 40 por ciento fueron
cargadores y transformadores, y del 15 al 20 por ciento,
embalajes de los teléfonos.
La necesidad de reciclar este tipo de productos radica en que
la mayoría de los residuos "normalmente van a parar a los
vertederos", donde existe "un problema de espacio y un
problema de acumulación de sustancias peligrosas como son los
componentes de las baterías (níquel, cadmio, litio y metal
hidruro)", indicó Torralbo. Añadió que además "si este
tipo de residuos electrónicos fuesen a parar a las plantas de
basura que se dedican a aprovechar la materia orgánica, no se
podría obtener un producto de calidad porque sería muy difícil
evitar su contaminación".
Torralbo, director general adjunto de ASIMELEC, aseguró que el
mayor volumen de recogida ha tenido lugar en Madrid, Barcelona
y Andalucía, "no por existir una mayor concienciación
ambiental, sino porque en estas ciudades es donde se
encuentran aglutinados los principales centros de reparación
de telefonía móvil". Los puntos de recogida de móviles en
desuso han sido precisamente esos centros de reparación y, en
menor cantidad y sobre todo en poblaciones de menos de 50.000
habitantes, las tiendas de distribución.
Los residuos han sido recogidos periódicamente por gestores
autorizados, que cada dos o tres meses envían los móviles a la
planta de tratamiento final, ubicada en Bilbao. Según Torralbo,
"el usuario entrega normalmente el teléfono y la batería
juntos, y en menor cantidad entrega sólo los cargadores".
Los organizadores de la campaña de recogida y reciclaje de
teléfonos móviles, tras el estudio de los resultados, han
llegado a la conclusión de que los agentes involucrados más
concienciados son los fabricantes.
Otro dato a tener en cuenta, dijo Torralbo, es el obtenido
durante la experiencia piloto de la campaña en Madrid, donde
se observó que las personas mayores tienen mayor
concienciación ambiental a la hora de reciclar los móviles, ya
que los más jóvenes solían pedir descuentos para la compra de
uno nuevo a cambio del viejo. De las encuestas realizadas
durante esta experiencia piloto se deduce que prácticamente el
50 por ciento de las persona que entregaron su móvil lo hacían
por motivos medioambientales y la otra mitad, porque no veían
ninguna utilidad el tener un aparato fuera de uso guardado en
su casa. Durante este año, se pretende ampliar el número de
puntos de recogida en toda España e incrementar la
participación de las tiendas para facilitar la entrega y la
concienciación social..
sábado mayo 24, 2014 |