Pese a las nuevas oportunidades
informativas abiertas por Internet existen numerosos
inconvenientes que desaconsejan la dispensación o venta de
medicamentos a través de la red. En la práctica totalidad de
los Estados de la Unión Europea, incluida España,
Un estudio llevado a cabo por “Innovative Medical
Information”, en Suiza, ha puesto de manifiesto los
errores que existen en las compras de medicamentos a través de
Internet. En una petición de compra de 20 fármacos vía
Internet sólo 17 fueron suministrados, de los que 11 no
estaban autorizados en Suiza por razones de seguridad. Además,
cinco de los 17 medicamentos habían resultado dañados durante
el envío y en sólo siete casos se suministraban en los envases
originales del laboratorio. En el resto no figuraba el nombre
del laboratorio. Aparte de la falta de seguridad de estos
productos, el estudio ha desvelado que tampoco existen
incentivos económicos ya que los precios eran más altos y el
tiempo de suministro más largo que por la red de distribución
de oficinas de farmacia.
La automedicación sin control, la falsificación de
medicamentos o simples estafas han aconsejado a organismos e
instituciones sanitarias de todo el mundo a alertar sobre el
riesgo que entraña para la salud la comercialización de
medicinas a través de Internet.
La propia Organización
Mundial de la Salud (OMS) ha destacado que “Internet es
un canal que entraña peligros para la salud pública y el
paciente en los casos de informaciones fraudulentas o que
induzcan al error sobre los productos, ya que no existe
asesoramiento profesional individual y es casi imposible
establecer controles administrativos”. Asimismo, la OMS ve
con preocupación la facilidad con que los usuarios de Internet
pueden adquirir cualquier producto, ya necesite prescripción
médica o no, a través de la red en un comercio trasfronterizo
difícil de legislar y controlar. Por eso resulta
imprescindible llegar a acuerdos internacionales para tratar
de vigilar la información en la red e imponer normas legales y
éticas en la información sobre el medicamento. No en vano la
palabra “salud” (health) es el segundo término de búsqueda más
repetido en la red, dado el enorme interés que existe en la
actualidad por promover hábitos saludables que, normalmente,
se asocian o complementan con la venta de nuevos fármacos.
Otro de los interrogantes que
planean sobre la información en la red es verificar la
autenticidad de los contenidos y las fuentes. Una tarea harto
complicada cuando las informaciones se encubren bajo la
autoridad de presuntos expertos o se camuflan con el sello de
garantía de organizaciones presuntamente científicas. El
usuario no tiene posibilidad en la mayoría de las ocasiones de
contrastar la fuente de información.
La agencia americana de
medicamentos (FDA), por ejemplo, ha hecho un gran esfuerzo
presupuestario destinando 8,6 millones de dólares (9,9
millones de euros) para contratar a cien personas con la
misión de controlar los sitios web que dispensan fármacos en
Estados Unidos y comprobar que reúnen unos requisitos mínimos
de seguridad y asegurar que el paciente ha recibido la
prescripción de un médico. Estados Unidos, país pionero en
comercio electrónico, ha endurecido las multas por
incumplimiento de las normas con multas que oscilan entre los
mil y el medio millón de dólares.
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sábado mayo 24, 2014 |