Como replica a la
convocatoria de la jornada sin musica de la AFYVE y SGAE,
sitios webs han organizado para hoy el día de la música
independiente
laganzua.net,
manerasdevivir.com , rockandaluz.com , estelarock.com ,
eskakeo , trut69.com , warrior , ironskies , Comando Tarifa
Plana, Trashnos , supenovapop , hokahey , ephedra.es.fm ,
elultimogato , reggae-news , spanishbombs, elrin.com... son
algunas de las webs independientes dedicadas a la música que
han organizado para hoy el "día de la música independiente".
Las páginas Web que apoyan
esta iniciativa exhibirán el logotipo de la jornada y
publicarán el articulo que reproducimos a continuación:
Por favor, ¡pirateen mis
canciones!
por Ignacio Escolar publicado en Baquía, 17/01/2001.
Soy un músico con suerte. Mi
grupo ha vendido, por los pelos, más de 10.000 copias de su
primer LP. En un mundo en el que Enrique Iglesias coloca seis
millones de CDs cantando así, esta modesta cifra tampoco es
para tirar cohetes. Pero si me aplicase tanto como futbolista,
jugaría en primera división y, si me dedicase a la medicina
con tanto éxito, sería neurocirujano. Durante un par de
semanas del mes de abril de 2000, uno de nuestros singles se
coló en el número diecisiete de las listas de ventas en
España; el número tres, si se contaba únicamente a los
artistas nacionales. Cada año salen 32.000 discos nuevos al
mercado en todo el mundo y sólo 250 convencen a más de 10.000
compradores. Apenas el 0,7% de los músicos que han presentado
disco el año pasado (la gran mayoría no llega siquiera a
grabar) es más afortunado que yo.
Se pensarán que nado en dinero. O que, por lo menos, vivo
dignamente de mis habilidades musicales. ¿Cuánto cobra el 0,7%
con más suerte de su profesión? No les aburriré con cifras
pero, tras tres años de esfuerzos hasta conseguir ver mi LP en
las tiendas, sólo he ganado poco más de medio millón de
pesetas (unos 2.800 US$) por venta de discos y derechos de
autor. Apenas 14.000 pesetas al mes es lo que me ha rentado mi
afortunada carrera musical. Mi parte alícuota del local de
ensayo –la garantía de que mis vecinos no me echarán de casa
por ruidoso– me sale por seis mil pesetas al mes. Estas
navidades quemé la mitad de mis beneficios en un teclado
nuevo, un capricho. Si tuviera un gerente con facultad para
vetar mis presupuestos, seguiría tocando con el casiotone que
me regalaron los Reyes Magos en 1986.
No culpo a la piratería de mi bancarrota. No a la de "sexo,
drogas y rock and roll" que aparece en el anuncio de pésimo
gusto con el que la SGAE (Sociedad General de Autores y
Editores) intentó concienciar a los melómanos de la necesidad
de pasar por su caja. Como la gran mayoría de los chiflados
que malgastamos nuestro tiempo en locales de ensayo y nuestro
dinero en instrumentos y amplificadores, prefiero la
satisfacción personal de saber que alguien se molesta en
escuchar mi música a las treinta pesetas que me tocan por cada
copia vendida (la cuarta parte si el disco está de oferta o es
comprado durante una campaña de televisión).
Si mi gerente, ese imaginario del que les hablaba antes, fuese
listo, estaría de acuerdo conmigo. Por cada concierto que doy,
gano, dependiendo del aforo y la generosidad del promotor,
entre 15.000 y 60.000 pesetas limpias. Prometo que si acuden a
alguno de ellos, no les pediré una fotocopia del código de
barras del CD para entrar. Como todos los músicos que hayan
hecho las cuentas, sé que son más rentables 100.000 fans
piratas que llenen mis conciertos a 10.000 originales.
El mp3, Napster o Gnutella tampoco van a acabar con la música.
Ni con la mía ni con la de nadie. Les aseguro que,
afortunadamente, puedo prescindir de las 14.000 pesetas
mensuales que generan mis derechos de autor y mis royalties. A
Metallica, y a cualquier grupo superventas, la regla, aunque
sus cifras sean mayores, le vale igual. Dan mucho más dinero
los conciertos, las camisetas y los anuncios que un grupo de
su fama puede grabar, que el royalty (entre el 8 y el 15% del
precio de venta a mayorista) que pagan las multinacionales por
disco vendido. Es cierto que las compañías discográficas
costean la grabación y la promoción de los músicos, pero
¿conocen algún otro negocio en el que el reparto entre los que
aportan la idea y la mano de obra y los que ponen el dinero
sea tan desigual? Les confieso que no entiendo las razones que
movieron a Metallica y compañía a poner la cara por sus
patrones. Todo, para que sus fans se la partan, pacte Dios con
el Demonio y Napster pase de pirata a corsario. A mí se me
habría puesto cara de tonto.
La distribución gratuita de las canciones por Internet no
terminará con la creación musical, pero espero que sí lo haga
con los abusivos tratos que impone la industria discográfica.
Y eso que los 'juntanotas', con el tiempo, hemos mejorado
bastante. Si los pobres músicos de blues de los años cuarenta
–esos a los que el sello RCA (hoy, propiedad de Bertelsmann,
el socio de Napster) pagaba seis dólares y una botella de
bourbon por grabar sus canciones– oyesen los lamentos del
batería de Metallica, Lars Ulrich...
No puedo alegar que no sabía dónde me metía cuando hace un año
y medio firmé mi contrato con Universal Music. En aquella
reunión, un alto directivo de la compañía me resumió en una
sola frase los nueve folios del acuerdo: "Las discográficas
somos un mal necesario". No lo voy a negar. Sin ellas, mi
grupo jamás habría vendido 10.000 discos. Aunque estoy seguro
de que sí hubiese podido regalarlos.
[email protected] es periodista. Colabora en www.gsmbox.es,
en el mensual GEO y se ocupa de "El Navegante", la sección
dedicada a Internet de Informativos Telecinco 1:30. Su trabajo
remunerado permite que [email protected] pueda pagar
los teclados y el bajo con los que toca en el quinteto
Meteosat, un grupo de Universal Music, la compañía de
Metallica. Ambos correos electrónicos los responde la misma
persona y su nick en Napster es redskai.
Los porcentajes de ventas de discos, entre otras muchas cosas,
están sacados del polémico artículo de Courtney Love acerca de
los desmanes de la industria del disco.
Este artículo obtuvo el
I Premio de Periodismo Digital José Manuel Porquet,
otorgado por la Asocición de Prensa de Aragón.
sábado mayo 24, 2014 |