El coste de ocupación de sedes
y oficinas por las empresas se ha encarecido en hasta un 10
por ciento desde los atentados terroristas cometidos contra
las Torres Gemelas de Nueva York el 11 de septiembre
de 2001, dado el mayor número de medidas de seguridad que las
compañías han implementado en sus instalaciones.
Así lo indica la encuesta realizada por la consultora
inmobiliaria Jones Lang LaSalle entre 50 de los clientes
que la firma tiene en todo el mundo con el fin de evaluar los
cambios que dicho suceso ha provocado en las estrategias
inmobiliarias de las empresas.
Según el informe, el 58 por ciento de las compañías
encuestadas reconocieron haber aumentado sus costes de
ocupación. No obstante, si bien el 46 por ciento de las
preguntadas cifraron dicho encarecimiento entre un 1 y un 3
por ciento, el resto lo fijaron entre el 3 y el 10 por ciento.
La encuesta revela también que el 46 por ciento de las
empresas han modificado su estrategia inmobiliaria y que el
resto prevé hacerlo en los próximos meses.
En concreto, el 20 por ciento de las compañías demandadas
anunció su intención de ubicar sus centros de actividad fuera
de zonas de negocios emblemáticas y un 12 por ciento se
decantó por concentrar sus actividades en las zonas
periféricas de las ciudades. Asimismo, el 28 por ciento de las
compañías consultadas avanzó que dispersarán geográficamente
sus sedes, mientras que otro 24 por ciento aseguró que prevén
centralizar la actividad de la empresa en un número más
reducido de ubicaciones.
Para el director del grupo de gestión de Grandes Cuentas de
Jones Lan LaSalle, Bruce Fiche, los costes de ocupación de las
empresas continuarán subiendo en 2003 por la repercusión de
los seguros y el eforzamiento de las medidas de prevención y
seguridad que las sociedades han adoptado tras los ataques
terroristas contra Estados Unidos.
Y es que según la consultora, las medidas de seguridad y
prevención en los accesos de los inmuebles se han convertido
en uno de los principales factores que las empresas evalúan a
la hora de elegir la ubicación de sus instalaciones, junto a
los planes de evacuación, la seguridad de los garajes y la
buena gestión y mantenimiento de los edificios.
Además, las empresas encuestadas expresaron su convencimiento
de que desde el acontecimiento del 11 de septiembre de 2001 la
capacidad de una compañía para reiniciar rápida y eficazmente
sus actividades después de una catástrofe constituye uno de
los factores más valorados por inversores y accionistas.
sábado mayo 24, 2014 |