El chiste más divertido del mundo ha sido
identificado, en un experimento, por el psicólogo británico
Richard Wiseman, de la Universidad de Hertfordshire (sureste
de Inglaterra), cuyo estudio sobre el humor se publicó
en Londres.
Wiseman impulsó hace un año un experimento por Internet que,
con el nombre de Laboratorio de la Risa ("Laughlab"), atrajo a
millones de personas de todo el mundo que aportaron
chascarrillos propios y opinaron sobre los existentes.
Más de dos millones de opiniones y un arsenal de 40 mil
chistes fueron el resultado de la inédita prueba, que no sólo
sacó a relucir el chiste que hace reír a más personas, sino
también las diferencias de sentido del humor en los diversos
países.
Además, los escáneres practicados en individuos cuando
escuchaban una ocurrencia divertida permitieron localizar los
centros de la risa en el cerebro, que se hallan en una región
cercana a la parte posterior de los lóbulos frontales.
El chiste que fue mejor recibido a lo largo y ancho del
planeta fue enviado por un psiquiatra de Manchester (norte de
Inglaterra), Gurpal Gosall, y dice así:
"Dos cazadores se encuentran en el bosque cuando uno de ellos
se desploma. Parece que no respira y tiene los ojos vidriosos.
El otro coge su teléfono móvil y llama al servicio de
emergencia. "¡Mi amigo está muerto! ¿Qué puedo hacer?,
pregunta, histérico. La operadora contesta: "Cálmese,
yo le ayudo. Lo primero es asegurarse de que su colega está
realmente muerto". Sigue un silencio y después se oye un
tiro. De nuevo al teléfono, el cazador dice: "Vale, ¿y
ahora qué?".
Según Wiseman, este chiste es el más interesante porque
funciona en muchos países y entre gente de todas las edades y
nacionalidades.
"Muchos de los chistes que nos llegaron recibieron una
valoración muy positiva en grupos concretos, pero este tiene
un atractivo más universal", puntualizó el experto.
Por otra parte, hay razones que justifican el que una
historieta nos parezca más divertida que otra: "A veces,
los chistes nos hacen sentir superiores a los demás, reducen
el impacto emocional en una situación llena de ansiedad o nos
sorprenden porque contienen alguna incongruencia. El chiste de
los cazadores tiene los tres elementos.
Los participantes en el experimento podían valorar los chistes
en un "Risómetro", de "muy divertidos" a "nada divertidos" en
una escala de cinco puntos.
Uno de los resultados más curiosos fue que los alemanes -que
no son famosos precisamente por su sentido del humor- lo
encontraron casi todo divertido. No expresaron ninguna
preferencia por ningún tipo de chiste.
La gente de Irlanda, Nueva Zelanda, el Reino Unido y Australia
prefieren los chistes con juegos de palabras, como el
siguiente:
Paciente: "Doctor, tengo una fresa atascada en el ano".
Doctor: "No se preocupe, le podemos poner crema".
A los americanos y a los canadienses, por su parte, les gustan
los chistes que implican un cierto sentido de la superioridad,
sea porque el protagonista queda como un tonto o porque otra
persona le hace quedar así. Por ejemplo:
"Dos amigos están jugando al golf y ven pasar una procesión
fúnebre. Uno de los golfistas interrumpe su "swing", se
descubre la cabeza y se pone a rezar. El otro amigo,
sorprendido, le comenta: "vaya, es lo más conmovedor que he
visto nunca. De verdad eres un buen tipo". Y el otro replica:
"sí, bueno, es que estuvimos casados 35 años".
Muchos países europeos, como Francia, Dinamarca y Bélgica,
dejaron constancia de un sentido del humor surrealista. Por
ejemplo:
"Un perro alsaciano va a una oficina de telegramas, coge un
papel en blanco y escribe: "Guau, guau, guau, guau, guau,
guau, guau, guau, guau". El empleado examina la nota y,
educadamente, le dice al can: "Aquí hay sólo nueve palabras...
Por el mismo precio puede enviar otro Guau". "Pero -replica el
perro- ¡eso no tendría ningún sentido".
Según el estudio, los europeos disfrutan con chascarrillos que
se mofan de temas que suelen provocar ansiedad en la gente,
como la muerte, la enfermedad o el matrimonio.
"Estos resultados son significativos -valoró Wiseman-.
Sugieren que gente de diferentes procedencias tiene un sentido
del humor diverso. El humor es crucial para la comunicación,
así que cuanto más entendamos la influencia que el contexto
social y cultural ejerce sobre el sentido del humor de los
individuos, mejor nos podremos comunicar".
sábado mayo 24, 2014 |