Peleas, homicidios, tiroteos y torturas son algunos de los 2.000 actos violentos que a lo largo de un año consumen los niños españoles entre 5 y 10 años vía televisión. Este es uno de los datos que publica la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión (ATV) en su boletín de diciembre, en el que se hace eco de uno de los últimos estudios sobre el binomio violencia-televisión, el denominado Informe Kriegel.

Este documento, que lleva el nombre de la filósofa Blandine Kriegel, ha sido elaborado por una comisión de expertos galos por encargo del ministro de Cultura francés, y en el se pide prohibir la violencia en la pequeña pantalla entre las siete de la mañana y las diez y media de la noche, "recomendación" que numerosos sectores del audiovisual del país vecino han calificado de "amenaza de censura".

A pesar de la contradicción entre los diferentes resultados de los estudios realizados para evaluar el efecto de la violencia en televisión sobre los más pequeños de la casa, todos los análisis parten de la premisa de que no todo vale en este poderoso objeto que tanta compañía hace a los chavales y que, según cifras del Consejo del Audiovisual de Catalunya de finales de los 90, emitió 608 actos violentos durante una semana, de los que dos tercios se dieron en horario de tarde.

Datos concluyentes

Por su parte, el Observatorio Europeo de la Televisión ha denunciado recientemente que los chavales españoles pasan el equivalente de 23 días del curso escolar plantados ante la tele, mientras que la Asociación de Telespectadores y Radioyentes indica que los chicos ven un promedio de 8.000 asesinatos antes de concluir su etapa en la escuela primaria y que el 96% de la audiencia infantil continúa ante el televisor después de las diez de la noche.

Estos datos se completan con los del estudio realizado por la Universitat Ramon Llull, donde se apunta también que el 62% de los menores de edad no está "vigilado" cuando ve la televisión.

Como la violencia en la pequeña pantalla ha sido relacionada a la agresividad en el comportamiento de los chiquillos, en nuestro país las asociaciones de telespectadores han pedido que se tomen en España las mismas medidas que en Francia, a la vez que aprovechan para criticar a las instituciones por no promover un Consejo Audiovisual Nacional que garantice la calidad de los contenidos de las cadenas.