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Aerolíneas, empiezan a tomarse en serio el síndrome de clase turista
 

 En estos días, algunas aerolíneas están pidiendo a los pasajeros que hagan ejercicios para evitar la posibilidad de desarrollar coágulos de sangre. En otros vuelos, no se toca el tema, despertando acusaciones de "engaño o negación" de parte de críticos.

Agencias (Reuters) - La cuestión es una trombosis venosa profunda --algunas veces llamada "síndrome de la clase turista"-- un problema médico que se ha reconocido por años, causado cuando la sangre se estanca durante posiciones sedentarias del cuerpo, en vez de circular apropiadamente.

En el peor de los casos, la trombosis venosa profunda (TVP) puede ser fatal.

El ex vicepresidente de Estados Unidos, Dan Quayle, una de las víctimas más prominentes de la condición, tuvo que reducir sus vuelos por un tiempo hace varios años, después de desarrollar coágulos sanguíneos que se le alojaron en sus pulmones.

En un vuelo reciente a Asia, un viajero contó que interrumpieron la proyección de películas y otros tipos de entretenimiento de vídeo en la cabina para dar varios recordatorios de cómo ejercitar las extremidades.

Otro viajero que regresaba a Estados Unidos procedente de Italia, por la aerolínea Alitalia, dijo que les pasaron un vídeo de ejercicio varias veces entre las películas y otros tipos de entretenimiento, y había un artículo sobre el tema en una revista, colocada en el respaldo del asiento delantero, que aportaba mayor información.

Asimismo, se instó a los pasajeros a beber agua y a servirse bebidas no alcohólicas colocadas en la parte posterior del avión.

Sin embargo, ese tipo de información dista de ser universal.

El pasajero Michael Reynolds desarrolló un cuadro de embolia pulmonar después de un vuelo de Estados Unidos a París en el 2000 y ha estado al frente de los esfuerzos para llamar la atención al problema a través de su sitio de Internet http://www.airhealth.org.

Reynolds concluyó que los vuelos cortos podrían ser tan peligrosos como los largos, que los pasajeros atléticos y jóvenes pueden estar en mayor riesgo que las personas mayores y sedentarias.

Además, cree que los transportadores estadounidenses, a diferencia de sus contrapartes extranjeras, siguen sin dar suficiente información al público viajero.

PROBLEMA A LA CORTE

Mientras tanto, el problema está generando noticias en la corte.

Reynolds, un restaurador de casas antiguas, llegó a un acuerdo judicial con American Airlines en diciembre del 2002 por el incidente de su vuelo a París, aunque no se le nombró en el anuncio y no pudo revelar detalles del acuerdo fuera de la corte.

Sin embargo, no mucho tiempo después de eso, el Tribunal Supremo en Londres bloqueó, al menos temporalmente, los esfuerzos de 55 pasajeros de aerolíneas, víctimas de coágulos, y sus familias para demandar a 27 aerolíneas por daños.

Esa corte británica determinó que la formación de coágulos sanguíneos no constituía un "accidente" según la Convención de Varsovia, el tratado de 1929 que hace a las aerolíneas sujeto de demanda por daños a nivel internacional sólo en el caso de un accidente al caerse o estrellarse un avión u otro contratiempo.

Sin embargo, una corte australiana, más o menos al mismo tiempo, dio luz verde a una demanda en ese país contra las aerolíneas Qantas y British Airways con relación a un coágulo que padeció un pasajero de 59 años, quien sufrió discapacidad permanente tras un vuelo prolongado.

El Tribunal Supremo de Victoria rechazó el argumento de las aerolíneas de que los coágulos sanguíneos no eran un "accidente" bajo el tratado de Varsovia.

En Estados Unidos, una corte federal en Galveston, Texas, recientemente dio respaldo preliminar a la interpretación del término "accidente".

El caso incluye al pasajero Shawn Blansett, de 36 años, que se desplomó tras levantarse de su asiento durante un vuelo de Continental Airlines a Londres y sufrió un accidente cerebrovascular debilitante.

Blansett demandó a la aerolínea por daños después del incidente. El abogado de Blansett, Truett Akin, dijo que la corte rechazó la petición de Continental de eliminar la demanda.

"Lo que alegamos es que la falla de Continental al no advertir (sobre los coágulos sanguíneos) fue una violación de los estándares de los aerotransportadores internacionales de vuelos prolongados", dijo.

"Y que no advertir o aconsejar los ejercicios recomendados a los pasajeros era una violación de las prácticas de la industria y un accidente" según la definición de la Convención de Varsovia.

Además, la corte estuvo de acuerdo con la interpretación al permitir que procediera el caso. No se espera que vaya a prueba sino hasta julio.

Akin y Blansett tenían un orificio congénito en su corazón que permitió que el coágulo pasara del sistema venoso al arterial, dando por resultado un accidente cerebrovascular catastrófico.

Continental no hizo comentarios de inmediato sobre el caso pero en su sitio de la red informa a los viajeros que "en individuos susceptibles, los períodos prolongados de inmovilidad (como viajar en un automóvil, tren o avión, o incluso estar sentado en su escritorio) pueden aumentar el riesgo de formación de coágulos".

"Si el coágulo se desprende y viaja a los pulmones o el corazón, puede ser fatal", agregó.

INVESTIGACION CONTINUA

Asimismo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha comenzado un estudio de dos años sobre el tema "pero actualmente aconseja que el riesgo de desarrollar TVP durante el viaje es muy pequeño a menos que haya factores de riesgo preexistentes" y presenta una lista de ejercicios que pueden disminuir el riesgo.

Russell Rayman, un médico que es director ejecutivo de la Asociación Médica de Aeroespacio con sede en Virginia, dijo a Reuters que la posición de ese grupo es que la inmovilidad, y no el viaje por aire, es la culpable.

"Puede suceder en todas partes, en un autobús, un tren o en su hogar", dijo.

El sitio de la Internet del grupo, http://www.asma.org, ofrece bajo la sección "publicaciones" un artículo largo, "Guía médica para pasajeros de aerolíneas", que dice que el problema en los viajes aéreos "no es un suceso común".

Incluye una discusión junto con ejercicio y otras estrategias.

Reynolds, de Airhealth, sostiene que, en general, "las aerolíneas de Estados unidos todavía están tomando la posición de la negación y engaño".

Un transportista importante tiene una nota en su sitio de la red de que el problema de los coágulos no es grave, comentó.

Reynolds agregó que estudios recientes indican que muchas víctimas de coágulos son atletas de rendimiento como maratonistas, la mayoría menores de 60 años, y muchos sufrieron de la condición después de vuelos de más o menos tres horas.

"Todo esto es contrario al conocimiento convencional sobre esto. Por ejemplo, el comandante cirujano en el Comando de Transporte Militar de la Fuerza Aérea fue citado el año pasado con declaraciones de que la trombosis en viajes aéreos no es motivo de preocupación para ellos porque sus pasajeros son jóvenes y sanos", dijo.

Estoy tratando de llegar al actual comandante cirujano para convencerlo de nuestros hallazgos, agregó.

"Estamos trabajando sobre formas de comunicar esto a los empleados de aerolíneas y a los médicos, que no están entrenados para reconocer (el problema) en viajeros aéreos, jóvenes y sanos", agregó.

La investigación sobre el tema continúa.

Un estudio de Japón, publicado el año pasado en el periódico de la Asociación Médica Estadounidense, con pruebas que simulaban las condiciones de viajes aéreos, halló que las bebidas de los atletas, diseñadas para mantener el balance electrolítico, pueden ayudar a prevenir la formación de coágulos.

Los líquidos que contienen electrolitos y carbohidratos favorecen la retención de líquidos y evitan la deshidratación que podría ser un factor en el problema, concluyó.

 

domingo mayo 25, 2014


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