Año 2 - nº 1 -

Cuidado con los cotillones y fiestas de nochevieja... ¡que no te tomen el pelo!
La Confederación Española de Consumidores y Usuarios aconseja extremar las precauciones y estar bien informados de los derechos como consumidores en los "cotillones" de fin de año , señala, además, que las instalaciones donde se celebren estas fiestas deben disponer de un permiso especial de apertura
La Confederación Española de Consumidores y Usuarios (CECU) ha hecho público un comunicado en el que recomienda extremar las precauciones y, sobre todo, estar bien informados de los derechos que nos asisten como consumidores en los denominados "cotillones" de fin de año, acontecimientos que se organizan exclusivamente para celebrar la llegada del nuevo año.

CECU recuerda que estas fiestas deben cumplir una serie de requisitos. Así, en primer lugar, deben disponer de un permiso especial de apertura que conceden los ayuntamientos. Previamente a la concesión de esta licencia -de la cual puede solicitar copia el usuario-, la empresa organizadora no podrá vender entradas de la fiesta. Por todo ello, la Confederación aconseja no comprar entradas por anticipado sin cerciorarse de que existe este permiso.

En esa misma línea otra organización de consumidores, la UCE, recomienda "tener referencias" de la empresa organizadora, saber que tiene licencia municipal y cuenta con los permisos oportunos.

Jesús López, de la Unión de Consumidores, explicó a Europa Press que una de las irregularidades más frecuentes en este tipo de eventos es que las organizan particulares, que alquilan un local y sin contar con la autorización necesaria se dedican a vender entradas y ofrecen un mal servicio.

"Estas fiestas no tienen seguridad y en ocasiones superan el aforo permitido ya que a los organizadores lo único que les interesa es ganar dinero y llenar el local, incluso poniendo en peligro la vida de los asistentes", apuntó.

López subrayó que "debemos valorar quién es la persona con la que estamos realizando esa contraprestación para comprar la entrada y valorar realmente el tipo de fiesta a la que acudimos para que no nos llevemos sorpresas".

Así, señaló que "a veces descubrimos que la persona que nos ha vendido la entrada es un particular y que la fiesta en cuestión es una especie de reunión de amigos que en muchas ocasiones no tiene ni condiciones de aforo el local, ni nos prestan un servicio de calidad".


En cuanto al derecho de admisión, no puede ser utilizado de forma indiscriminada. En este sentido, CECU indica que salvo casos de actitudes agresivas, xenófobas, racistas o violentas, no se puede prohibir la entrada a los usuarios. Añade que las condiciones del derecho de admisión deben figurar en lugar visible a la entrada de los locales.

Asimismo, los establecimientos donde se celebren los "cotillones" están obligados a tener hojas de reclamación a disposición del público, y éstas deben estar selladas por el Gobierno Civil o el Ayuntamiento de la localidad.

CECU apunta además que estas instalaciones no deberán, en ningún caso, superar el aforo permitido, y utilizarán vigilantes jurados cuando éste supere las cien personas. Precisa que los locales deben garantizar las condiciones de solidez de las estructuras y del funcionamiento de las instalaciones, con la prevención y protección de incendios, con la accesibilidad de los medios de auxilio externo, y con un contrato de seguro que cubra los riesgos de incendio del local y de responsabilidad civil.

Por otra parte, con el objetivo de asegurarse el buen estado de los alimentos y bebidas que se consuman en estas celebraciones, la Confederación recomienda valorar la higiene y calidad de los mismos en el momento de la consumición, y en caso de duda, aconseja solicitar a los responsables que se cercioren del cumplimiento de la legislación vigente en materia higiénico-sanitaria.

Finalmente, recuerda que la publicidad de estos eventos tiene el mismo valor que un contrato. Por ello, recomienda guardarse los folletos publicitarios de estas celebraciones, ya que pueden servir para una posible reclamación.

Las denuncias más frecuentes sobre los cotillones es que carecen de seguridad, a veces se rebasa el aforo y esto llega a impedir que los asistentes puedan acercarse a la barra a tomar una bebida. Otra queja es que se cobran precios muy altos y el servicio no se corresponde con estas tarifas, finaliza el representante de la UCE

 

 

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