Estos adolescentes deciden encerrarse en su habitación o en
una parte de su casa después de suspender un examen o tener un desengaño amoroso
y lo que empieza por una chiquillada acaba convirtiéndose en años de reclusión
voluntaria. La familia resignada no hace más que pasarle la comida sin poder
mediar palabra con él. En la habitación suelen tener TV, PlayStation y todo lo
necesario para no tener que salir. Se suelen pasar la noche jugando a los juegos
y las consolas que sus padres les proporcionan (que son todas las que quieren) y
los días durmiendo.
Un corresponsal en Japón de BBC News relató su experiencia
con uno de estos jóvenes: "lo conocí sólo como el muchacho en la cocina. Su
madre, Yoshiko, no me dijo su nombre temerosa de que los vecinos descubrieran su
secreto. Su hijo tiene 17 años. Tres años atrás estaba triste con la escuela y
empezó a hacerse la rata. Un día entró a la cocina, cerró la puerta y se negó a
volver a salir. También impide el ingreso de nadie. La familia debió construir
una nueva cocina. El baño está pegado a la cocina, pero él sólo se baña una vez
cada seis meses".
En una sociedad en la que tener un hijo con este trastorno es una vergüenza,
donde si un menor deja de ir a la escuela nadie hace nada por él, donde este
trastorno (que es descaradamente afectivo y psicológico) se atribuye toda la
culpa a la familia y no se interviene de modo oficial para que el adolescente
lleve una vida digna, lo más lógico parece que si un adolescente se encierra
durante 5 años en su habitación nadie haga nada.
Las cifras son para preocuparse ya que 1 de cada 10 adolescentes japoneses
sufren hikikomori y este fenómeno… se produce casi exclusivamente en Japón.
Parece fácil sacar conclusiones al referirse a un sólo país, como que es una
cultura opresiva con los menores, donde es mejor encerrarse que suspender un
examen, es una sociedad muy centrada en los videojuegos y la tecnología pasando
por alto las necesarias relaciones humanas, parece que estos chicos no están
preparados para relacionarse o para solucionar un problema y que todo esto lleva
a estos niños a buscar refugio en su habitación.
Para un adolescente es normal que no haya lugar mas seguro
que sus 4 paredes, es como esconderte debajo de la manta o poner la cabeza bajo
tierra como las avestruces, buscar el lugar donde nadie puede atacarte, nadie
puede suspenderte ni dejarte, nada puede salir mal si nada arriesgas y en una
situación de gran tensión social y emocional lo mas fácil es encerrarse y dejar
pasar los años.
Dentro del trastorno hay diferentes perfiles: algunos salen por la noche pero
rehuyen la compañía y la conversación, otros al sentir presión por sus padres
para hablar o salir del cuarto se ponen violentos o amenazan con el suicidio,
otros hablan un poco con la familia. El 41 % de los afectados están entre 1 y 5
años en sus habitaciones. Existen casos de comorbilidad con otros trastornos
como depresión, ansiedad, agorafobia pero también hay casos en que no se da.
En Japón se están publicando muchos libros sobre el tema
respondiendo a lo que supongo debe ser una alarma social pero subterránea (la
familia suele esconder el hecho de tener un hijo en esta situación). Como es de
suponer existen clínicas especializadas pero en ellas sólo ingresan los chavales
que se prestan voluntariamente y el porcentaje es muy pequeño.
Expertos japoneses y extranjeros ya han dedicado extensos ensayos al
fenómeno. El novelista y realizador cinematográfico Ryu Murakami lo explica como
"la consecuencia del fenómeno de crecimiento de la economía japonesa durante
la segunda mitad del siglo XX". Algunos expertos consideran al hikikomori
como una epidemia, aunque lamentablemente "subterránea", al ser cómplice, en la
mayoría de los casos, la familia del comportamiento "anormal" de estos
muchachos. Por su parte el psiquiatra Dr. Tamaki Saito
apunta como causa de esta situación a las mentiras que se han ido propagando
dentro sobre los valores históricos de la sociedad japonesa donde la poesía y la
música tradicional celebran a menudo la nobleza de la soledad y la relación que
en ese marco se establece entre los muchachos y el papel asignado a la madre,
que cuida de ellos hasta bien entrados en la madurez.
Fuente: www.anedonia.net
, BBC World |