"Ten cuidado con tus sueños: son la sirena de las almas. Ella canta. Nos
llama. La seguimos y jamás retornamos". El misterio de los sueños, como lo
resume arriba el escritor Gustave Flaubert, persiste, pese a que los científicos
los espían cada vez con mayores herramientas. Por ejemplo, la Universidad de
Mannheim, en Alemania, tiene un laboratorio de los sueños que acaba de entregar
un estudio que radiografía las ilusiones nocturnas de hombres y mujeres.
Estas últimas, según informó el diario británico "The Independent", sueñan dos
veces más con su trabajo que hace 50 años. La razón es simple: se han
incorporado con fluidez a la fuerza laboral fuera del hogar. Los hombres también
sueñan con el trabajo, mucho más que hace 40 años. Pero son pesadillas: el miedo
a perder el trabajo está latente.
Las mujeres sueñan además con comida, ropa y su aspecto personal.
Un estudio de la British Association for Counselling and Psychoterapy (BACP),
que vio la luz al mismo tiempo que el de la casa de estudios de Mannheim, agregó
que ellas también sueñan mucho con la niñez y con que van cayendo por el aire.
Philip Hodson, de la BACP, declaró: "Los sueños de la mujer tienen el sello de
la ansiedad. Ellos tienden hacia la niñez y los padres, y a menudo transitan
experiencias malas e inseguridades".
Los de Mannheim concluyeron: "Los sueños de las mujeres contienen emociones más
explícitas, especialmemte relacionadas con lo familiar, y muestran una presencia
más alta de lugares interiores, de objetos de la casa y de referencias a la
ropa".
Respecto de los sueños masculinos, los alemanes establecieron: "Estos se
caracterizan por la agresión física, las armas y la sexualidad".
Con frecuencia se trata de encuentros con mujeres extrañas. También emergen
autos, carreteras, herramientas; y los escenarios, a diferencia de las mujeres,
se ubican en exteriores y son desconocidos.
Ambos géneros coinciden, sin embargo, en un promedio de cinco sueños por noche.
Los de Mannheim espiaron además los sueños de los niños, y esclarecieron que
existen tempranas diferencias de género. En un estudio hecho a 600 niños de más
de 10 años, se descubrió que las niñas padecían más sueños enrojecidos por la
ansiedad, especialmente después de los 14.
Respecto de los temas, los niños se cruzan con monstruos y animales grandes,
mientras que las mujercitas se topan con seres humanos y animales pequeños.
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