"En Internet no tenía que preocuparme de avergonzar a la familia si las
cosas no salían bien o aguantar una charla de mis padres sobre cómo resistirme o
escoger entre lo que encontraba", dijo Hala, ahora felizmente casada con
Zeid, un iraquí que vivía en Londres, desde hace más de dos años.
"No tenía que soportar más a pretendientes que lo único que tenían en común
conmigo era la nacionalidad, la religión y ser 'de buena familia'. La mayoría de
ellos no aceptarían una mujer moderna e independiente", dijo, contenta de
estar con su marido.
Hala y Zeid están entre los miles de jóvenes árabes y musulmanes que han roto
con la tradición de matrimonios predeterminados para seleccionar a sus parejas a
través de las docenas de webs de agencias matrimoniales.
Este tipo de webs proporcionan un espacio seguro para conocerse que resulta
complicado encontrar en muchas sociedades tradicionales, y cuentan con grandes
bases de datos en las que hay más oportunidades de encontrar lo que estás
buscando.
Según Júpiter Research, la industria de parejas online está creciendo un nueve
por ciento en todo el mundo, hasta los 411 millones de euros en 2005, tras un
crecimiento del 19 por ciento el año pasado. |