A pesar de ser machista, la expresión "Factor de aceptación por la mujer"
cada vez se utiliza más en el sector tecnológico para hablar de las diferencias
entre ellos y ellas a la hora de llenar la casa de trastos electrónicos.
La idea de consultar con el cónyuge antes de hacer una compra no es, por
supuesto, nada nuevo en las parejas bien avenidas, pero la expresión "Wife
Acceptance Factor" o WAF cada vez se utiliza más a menudo para
referirse a las compras de artículos electrónicos.
Unos artículos sobre los que al parecer existen grandes disparidades en cuanto a
preferencias: para ellos, cuanto más grandes y ostentosos mejor, mientras que
ellas valoran la discreción por encima de todo, de ahí el éxito de productos
como los televisores de plasma entre el público femenino.
La expresión tiene incluso una entrada en la enciclopedia libre Wikipedia, que
indica que WAF "representa la aprobación que la parte femenina en una pareja
estable tiene que conceder para que se adopte efectivamente la decisión".
Se trata de un factor, claro, que no pasa desapercibido a los fabricantes de
productos electrónicos, y con razón: las mujeres controlan el 88 por ciento de
las compras de estos productos, ya sea con la adquisición del producto o
mediante su influencia en las decisiones de compra, según datos de la Asociación
de Electrónica de Consumo.
El WAF se rige principalmente por el precio, diseño y complejidad del artículo
en cuestión, según expertos en estas lides como Trendsetters (www.trendsetters.com)
o el abundante número de particulares que opina sobre el particular en la
blogósfera.
Miguel Moreno, ingeniero de software en una firma del californiano Silicon
Valley, nunca había oído esta expresión pero asegura que comenzará a utilizarla
cada vez que su esposa se queje cuando Moreno "derrocha" dinero en productos
caros y aparatosos, como un equipo de entretenimiento que tuvo que devolver.
"Me costó cerca de 10.000 dólares pero ella lo encontró un mamotreto, así que
me tocó volver a la tienda", señaló Moreno a EFE.
Las compañías de artículos electrónicos tratan de ajustarse a este factor con
cambios en el diseño de los productos -algo que, por lo general, las mujeres
valoran más que los hombres-, así como la manera en que los publicitan.
Wisdom Audio (www.wisdomaudio.com) una empresa con sede en Carson City,
en el estado de Nevada, asegura en la publicidad sobre la serie de altavoces
Adrenaline -que tienen la peculiaridad de poder camuflarse en las paredes y
otros lugares de la casa- que se trata de un "producto con un alto índice de WAF".
Y grandes comercios como la cadena de tiendas Best Buy han cambiado sus letreros
en favor de más explicaciones sobre cómo se utiliza un producto y menos detalles
sobre minucias técnicas que el público femenino puede considerar apabullantes.
La denominación, como cabía esperar, no es del gusto de todos.
El personal femenino de la revista online de tecnología Cnet, una de las más
prestigiosas del sector, lo reemplaza por "Significant Other Acceptance
Parameter", o SOAP, términos que engloban a cualquier persona, del
sexo que sea, cercana al comprador o compradora.
Se trata, en cualquier caso, de hacer compatibles las sensibilidades estéticas
con el deseo mayoritariamente masculino -y muy estadounidense, cabría agregar-
de que cuanto más grande sea el artículo, mejor.
Y así, el WAF alto lo consigue un producto que ocupe el menor espacio posible -y
si es invisible, mejor-, de acuerdo con la mencionada revista, que
ocasionalmente publica reseñas de productos que se ajustan al mencionado factor.
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