La historia comienza en el Tibet, donde un perro protegido por su extraordinaria longevidad y práctica de la meditación con monjes budistas, es secuestrado por un helicóptero militar estadounidense. Su destino: un laboratorio que experimenta con animales para, supuestamente, mejorar y alargar la vida humana.

Tim Allen es Dave Douglas, un abogado que aspira a suceder en el cargo al Fiscal del Distrito, Ken Hollister (Danny Glover). Para eso, asume la acusación de Justin Forrester (Joshua Leonard), un activista por los derechos de los animales que denunció y atacó a dicho laboratorio, representado por el malévolo doctor Kozak (Robert Downey Jr.), quien trabaja para Lance Strictland (Philip Baker Hall), postrado en una silla de ruedas en espera de una cura milagrosa.

Dave Douglas detesta a los perros y por ello se gana la antipatía de su familia: su esposa Rebecca (Kristin Davis), su hijo Josh (Spenser Breslin) y especialmente su hija Carly (Zena Grey), quien pertenece al grupo de activistas de Forrester y repudia a su padre. Es ella quien logra, con su amigo Trey (Shawn Pyfrom), penetrar el laboratorio y robarse a "Shaggy", el perro tibetano.

El fiscal no acepta inmediatamente la presencia canina en su casa y es mordido por el animal, quien le transmite ciertas características por la sangre en un proceso de mutación. De esa manera, el hombre empieza a comportarse como la mascota que tanto detesta, hasta el punto de convertirse en perro cuando sale la luna llena.

Ahora son dos perros lanudos y es así como Dave comienza a ver las cosas de otra manera, dándose cuenta que no ha sido el mejor padre o marido, por estar exageradamente dedicado a su trabajo. Ahora le va a tocar desenmascarar a Kozak y recuperar el amor de su familia. Antes de eso, le va a tocar hacer algunos papelones en el tribunal de la jueza Claire Whittaker (Jane Curtin).

The Shaggy Dog combina dos viejas películas de Disney, la muy querida original de 1959 titulada igualmente The Shaggy Dog, con Fred MacMurray, y la secuela de 1976, The Shaggy D.A.. Esta nueva versión, dirigida por Brian Robbins, revive las locuras de un hombre convertido en perro lanudo y funciona como entretenimiento para llevar a los hijos al cine, pero nada más, pese a su ilustre reparto.