De los cinco films que optan este año al Oscar a la mejor película, sólo
‘Munich’, del consagrado
Steven Spielberg, está producida por un gran estudio, en este caso la
Universal Pictures.
Las otras cuatro, 'Brokeback Mountain', del taiwanés Ang Lee;
'Capote', de Bennett Millar; ‘Buenas noches, y buena suerte’, de
George Clooney; y 'Crash', de Paul
Haggis, salieron de divisiones pequeñas de estudios grandes.
De hecho, en el caso de 'Crash', el film está producido por una casa
completamente independiente sin dinero ni para la distribución, por lo que su
éxito se logró por el viejo método del boca en boca.
Y es que la elección de la Academia se dibuja como
un claro mensaje a esa industria que “insiste en hacer nuevas versiones y
secuencias taquilleras sin nuevas ideas”, dice el experto y columnista Tom
O’Neil.
“Lo que dijo la Academia fue que los mejores filmes
de 2005 son de productores modestos, cineastas independientes y no
necesariamente las máquinas de grandes presupuestos de Hollywood', recalcó
Gitesh Pandya, también experto del sector y columnista.
Si se echa un vistazo al 2005, “se percibe un desborde de secuencias y nuevas
versiones”, agregó Pandya, explicando una razón ya invocada para justificar la
caída en picada y sin precedentes desde 1997 de la taquilla, que rondó el 5%
respecto a 2004.
No obstante, Pandya advierte que estas son “subas y bajas” típicas en los Oscar
de los últimos años: que en su ciclotimia ha llenado de estatuillas a mega
producciones como 'Titanic' o ‘Gladiator’, pero también a trabajos más modestos
pero intensos como 'American Beauty' o ‘Million Dollar Baby’. |