El número de ordenadores y televisores en desuso crece de
forma espectacular cada año. La llamada basura electrónica, aparatos que se han
quedado obsoletos, es una "patata caliente" tóxica de la que ni las autoridades
ni las compañías privadas se quieren hacer cargo. Pocos consumidores piensan en
lo que harán con el ordenador personal o con el televisor cuando lo reemplacen
con el modelo de siguiente generación.
Esta basura electrónica, que contiene una amplia gama de productos tóxicos
potencialmente contaminantes, se está convirtiendo en un quebradero de cabeza
para las organizaciones ecologistas y las autoridades estatales. Muchos
artículos electrónicos tienen una vida útil muy corta, que en algunos casos se
extingue en cuanto sale al mercado el aparato de la siguiente generación.
Esto supone que el volumen de basura electrónica, que representa entre el uno y
el cinco por ciento del total, esté creciendo "como la espuma".
Estos son algunos datos sobre este problema que esta poniendo ya en peligro
nuestro entorno medioambiental
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Cada europeo
genera al año ocho kilos de basura electrónica. Con la nueva normativa aprobada
por la CE se espera poder recoger y reciclar como mínimo el 50% de este volumen.
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En Europa existen unos 7 millones de basura electrónica,
formada por todo tipo de aparatos, desde ordenadores a teléfonos móviles o
componentes de ellos.
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En los últimos años se han vendido en España unos 30 millones
de teléfonos móviles, dejando en desuso una cantidad cercana de 18 millones.
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Un millón de ordenadores, esperan también en España una
solución a su futuro. Hoy están almacenados en trasteros, almacenes o
sencillamente amontonados en los basureros.
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Según datos del sector, solamente se recupera y recicla un 3%
del volumen total.
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Ell 90% de estos
residuos "se depositan en vertederos, se incineran o se valorizan sin ningún
tratamiento previo". "Buena parte de los diversos agentes contaminantes que se
encuentran en el flujo de los residuos urbanos proceden de ellos", explica un
dictamen de la Unión Europea
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El uso de materiales tóxicos en la fabricación solo se
entiende por motivos económicos, denuncian los ecologistas, ya que el 90% podría
ser manufacturado con materiales reciclables.
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En California,
por ejemplo, con una población cercana a los 35 millones de personas, se calcula
que unos 6.000 PC´s se quedan obsoletos cada día y que, como media, cada familia
almacena en el trastero de su casa tres aparatos, entre televisores y
ordenadores personales.
En ese Estado con una conciencia muy elevada en lo que
respecta al medio ambiente, se recicla un 11% de este material
comparado con el
28% de las otras basuras) y el resto termina en vertederos donde, según
denuncian las organizaciones ecologistas, las filtraciones de plomo, cadmio y
mercurio pueden llegar hasta las aguas subterráneas.
Los estados
estadounidenses de California, Florida y Massachusetts han dado el primer paso
para afrontar este problema, y han prohibido que los monitores y televisores se
arrojen a los vertederos e incineradoras, sin embargo el cargo de de 35 dólares
que cobran algunas compañías para deshacerse de estos materiales se ha
demostrado como un serio obstáculo para su utilización
La industria del reciclaje La
industria del reciclaje electrónico es un negocio que aún ha de despegar. Frente
al uso de presos o la exportación a países como China de la basura para su
desmantelamiento, existen otras alternativas posibles, aunque finalmente el
problema es quien ha de hacerse cargo del coste del proceso.
Expertos aseguran que una industria de estas características no es "barata de
montar" y que precisa de fondos para su puesta en marcha.
Una de las empresas con mayor experiencia y tecnología es Indumetal Recicling,
es el mayor reciclador español y factura ya cerca de 25 millones de euros (4.159
millones de pesetas).
Cobra unos 2,4 euros por cada ordenador (400 pesetas) y 0,15
(25 pesetas) por móvil. Los cuatro metales básicos que llevan estos aparatos
(mercurio, plomo, cadmio y cromo) se quedan en la empresa, que los convierte en
polvo asimilable al ambiente, mientras los productos plásticos van a otros
recuperadores.
Existen, también, experiencias "espontáneas" como los
Traperos de Emaus o los Recuperadores de Economía Solidaria, que
podrían recolocar el 60% de aparatos, son sólo el reverso de una economía que
basa en el despilfarro parte del éxito.
domingo mayo 25, 2014 |