Mientras la TV sigue siendo el medio rey en toda campaña
publicitaria, nuevos estudios ponen en cuestión la efectividad del medio, o por
de pronto de los spots que nos son ofrecidos.
De todos los publicados, uno de los más interesantes es el llevado a cabo por la
London Business School y la Stockholm School of Economics, por el
método utilizado. El grupo de investigadores analizo el comportamiento de 8
hogares durante dos años, monitoreando con una cámara en miniatura y un
micrófono las actividades de los televidentes durante los intervalos de los
programas.
Dos son las conclusiones principales a los que llega el estudio: Friends
Effect y Late Night Curve.
La primera es que cuando más gente se encuentra reunida frente al TV menor interés
se presta a los descansos o intervalos comerciales de los programas.
La segunda, que aquellos spots que se emiten al final de la jornada (es decir a
última hora de la noche) suelen ser más vistos que aquellos mostrados durante el
día.
"Es un ejemplo de la ignorancia e ingenuidad estratégica de los anunciantes,
que se han gastado millones en la creencia equivocada de que sus productos
llegaban a una audiencia que realmente no existía”, explicó al Financial
Times Mark Ritson, profesor de Marketing del London Business School
y uno de los miembros del equipo de investigación. “Sería preferible
gastar menos dinero pero asegurarse una mayor exposición situando sus anuncios
en espacios con menor número de espectadores, pero más concentrado en las
pausas”, añadió.
Esto significa que los anunciantes podrían estar equivocados al querer colocar
sus spots en los programas más populares en lugar de optar por espacios menos
vistos, pero con espectadores “solitarios”, que son más proclives a concentrarse
en los anuncios.
La investigación revelo que la actitud de los espectadores en los intervalos no
es ni positiva ni negativa, es decir ni obligatoriamente se siguen, ni existe,
por el contrario, una tendencia a evitar los
anuncios.
Si en cambio existe un cambio de actitud, por parte del telespectador, cuando se
produce el cambio de programación. Ello empieza con un cambio de postura y
presentándosele seis opciones distintas: leer, realizar
alguna tarea domestica, hacer zapping, ver el comercial, o interactuar con el
anuncio que se esta viendo (cantar la canción, realizar comentarios, reír...Etc).
El estudio viene a decir que los anunciantes están mal orientados si creen que
lo importante es cuánta gente está viendo la televisión y no cuánta gente la
está viendo de manera “activa”.
El trabajo, del, que ayer FInancial Times presentaba sus
primeras conclusiones, era presentado en profundidad el próximo 5 de marzo en la
London Business School. |