Pablo Ruisánchez - Garry
Kasparov dio por buenas las tablas en la partida que mantuvo el pasado miércoles
contra Deep Junior. El marcador actual refleja un empate a dos puntos y medio en
esta segunda edición del enfrentamiento del hombre contra la máquina. En la
primera ocasión, hace seis años, el jugador perdió contra Deep Blue en la última
partida. "El último juego es muy difícil para el humano. Tengo
mucha presión sobre los hombros," comentó el campeón del mundo tras el
encuentro. El azerbaijano, de todos modos, se mostró optimista y no dudó en
afirmar que se veía capaz de "hacerlo mejor que el 97". Kasparov, desde el
inicio del torneo, ha mostrado su intención de saciar sus ansias de venganza.
La partida fue corta. El maestro ruso salió con blancas y
adoptó una postura conservadora, Deep Junior se mostró asimismo cauto y antes de
que hubieran realizado 19 movimientos, con lo que terminó la partida, habían
repetido tres veces la misma posición.
El ordenador intercambió un alfil por un peón para realizar
un ataque al rey sin muchas posibilidades de prosperar. Kasparov tuvo que llevar
la pieza al centro del tablero para evitarlo, y al poco decidió asegurar el
empate para enfrentarse en condiciones de igualdad en la última partida.
Los expertos reunidos en el New York Athletic Club
describieron como un ataque al rey muy especulativo, algo inusual en un
ordenador, que elige sus jugadas a través del cálculo correcto.
La sexta y última partida tendrá lugar hoy viernes y el ganador se llevará un
millón de dólares de premio.
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