Por Javier Fernández - Director de PROFit para el área de
Gartner.
Dada la actual situación que vive el conflicto, sería precipitado fijar las
consecuencias de las acciones que aún tienen que venir, por lo que en este
supuesto, cualquier previsión a medio plazo podría cambiar súbitamente. El
mantenimiento, en baremos razonables, del precio del petróleo junto con la
finalización a corto plazo del conflicto y la rápida estabilidad política y
económica no sólo de la región sino a escala mundial, serían los mejores
indicadores posibles para continuar con el lento periodo de recuperación que se
comenzaba a vivir. No obstante, y dada la actual situación, si el grado de
"incremento de la inestabilidad" continuara traería consecuencias negativas para
el despegue de nuestra industria. Por lo tanto, la clave se centra en variables
tales como; precio del petróleo, coste económico de la guerra y estabilidad
política mundial.
Independientemente de las consecuencias del conflicto, lo cierto es que la
situación de recuperación en el sector tecnológico se ha visto drásticamente
detenida. Para Gartner, esta recuperación no se comenzará a percibir de manera
clara antes del primer semestre del 2004, eso si finalmente se da el escenario
más optimista. Un indicador lo tenemos en las previsiones de ventas de PC´s y
semiconductores a nivel mundial, las cuales han sido reducidas en varios puntos
a raíz de los recientes sucesos. Las grandes compañías habrían podido aplazar
importantes decisiones de inversión en tecnología (renovación de
infraestructura, proyectos de E-business, etc..) hasta el final del conflicto,
ciñiendose a aquellos proyectos que reporten un retorno sobre la inversión a
corto plazo. Tampoco parece haber excesivo mercado para las aplicaciones o
desarrollos innovadores que no se encuentren excesivamente implantados en el
mercado. Sin embargo, el área de seguridad, recuperación de desastres, sistemas
de comunicaciones, aplicaciones tecnológicas encaminadas a optimizar procesos,
los paquetes de software standard y los servicios de externalización podrían
verse "beneficiados" por esta situación. Otro aspecto a considerar, aunque
posiblemente coyuntural, es el fuerte incremento de la demanda en capacidad de
Red que algunos sectores relacionados directa o indirectamente con el conflicto
requieren para mantener los niveles de servicio en los mismos baremos de antes.
Por sectores todo hace suponer que muchas de las empresas que habían centrado
sus esfuerzos comerciales en el previsto incremento de la inversión en TI por
parte de la Administración Pública, principalmente en EE.UU, se podrían ver
fuertemente perjudicadas, lo que sin duda tendría consecuencias serias en sus
cuentas de resultados, afectando a la cotización de sus acciones y por
consiguiente contribuyendo a una mayor inestabilidad del mercado. Parece una
contradicción pensar que uno de los conceptos determinantes para la finalización
del conflicto, como es la capacidad en tecnológica, pueda ser uno de los
principales perjudicados a corto plazo.
Las circunstancias han provocado que la luz al final del túnel continúe a la
"vuelta de la esquina" pero no sería justo culpar enteramente al conflicto
armado que se está viviendo. Su influencia inmediata aunque negativa no es tan
determinante como para augurar un prolongado parón ni un rápido incremento de la
demanda tecnológica una vez terminado. En este sentido, creo que la previsión
más fiable sería apostar por una lenta pero sólida recuperación del sector
tecnológico con independencia, al menos a día de hoy, del resultado de la
guerra.