K-bot cuenta con un rostro femenino, capaz de realizar 28
movimientos faciales gracias a una serie de motores ocultos en el interior del
cráneo; combinando estos, el robot es capaz de mostrar alegría, enojo, fastidio
o sorpresa, entre otras emociones. Además, tiene cámaras en los ojos, para
interactuar con seres humanos.
El rostro de K-bot está hecho de un polímero especial, que le da la apariencia
de piel humana. Dado que pesa unos dos kilos y cuesta solamente 400 dólares,
Hansen espera que se convierta en parte integral de robots desarrollados en el
futuro, que cuenten con la capacidad de efectivamente sentir las emociones.
(Fuente: Reforma de México)