Llamado "Ifbot", el diminuto artefacto asemeja lo que sería
un bebé robot y está dotado de una tecnología que le permite "entender" las
emociones de las personas que le hablan a partir del tono de voz y las palabras,
lo que le hace posible mantener conversaciones naturales.
Según Tsunenori Kato, de IBD, el "Ifbot" fue probado en una residencia de
ancianos donde el cariñoso humanoide hizo gala de sus 40 expresiones faciales y
sostuvo animadas conversaciones.
"Hablar es muy importante para evitar la vejez. Con Ifbot, la gente mayor se
siente como si estuviera hablando con sus nietos y es beneficioso especialmente
para los que están solos", dijo Kato.