El periodista Robert Fisk, enviado especial en Bagdad del diario
británico The Independent, señaló hoy en su crónica diaria desde la
capital iraquí que la muerte de tres periodistas extranjeros, entre ellos el
español José Couso, a manos de las fuerzas estadounidenses revelan que "entre
los militares norteamericanos hay algunos elementos que han acabado por odiar a
la prensa y quieren hacer tierra arrasada con los periodistas presentes en
Bagdad". El Ejército estadounidense mató el martes
a dos cámaras de televisión, el español José Couso de Telecinco y el ucraniano
Taras Protsyuk de Reuters, después de que un carro de combate disparase contra
el hotel Palestina, en el que se alberga una docena de informadores. Horas
antes, un periodista de Al Yazira, Tarek Ayub, murió por el disparo de dos
misiles contra la oficina de la cadena de televisión qatarí.
El comandante de la Tercera División de Infantería estadounidense, el general
Buford Blount, justificó el ataque contra el hotel Palestina con el argumento de
que el tanque norteamericano había respondido a los disparos de un francotirador
efectuados desde el edificio.
Según Fisk, y en ello coincide con los periodistas que se encontraban en el
hotel, el carro de combate efectuó su disparo sin que antes se hubiera
registrado ningún ataque. "La grabación francesa del ataque dura más de
cuatro minutos y no se siente ninguna explosión de arma de fuego antes del
disparo del cañón del carro de combate", señala Fisk.
Además, "la docena de periodistas y cámaras que viven en el hotel Palestina
en todo momento han vigilado, con extrema atención, que ningún hombre armado se
sirviese del edificio para apostarse contra el enemigo".
Fisk recuerda que el general Buford es "el mismo que apenas hace un mes dio a
entender que sus carros de combate habían utilizado munición de uranio
empobrecido, el tipo de munición que muchos consideran responsable de los
numerosos casos de cáncer verificados después de la Guerra del Golfo de 1991".
"Que el general Buford haya avanzado la sospecha, como en realidad ha hecho,
de que miembros de Reuters podrían ser los responsables de que se abriera fuego
contra los americanos, implica pasar de la ligereza a la calumnia", prosigue
Fisk.
Fisk afirma en su crónica que conocía al periodista de Al Yazira
asesinado, Tarek Ayub, e incluso recuerda que le llegó a decir que el
edificio desde el que transmitía en Bagdad podría ser un blanco fácil para los
estadounidenses si éstos "decidieran eliminar sus informaciones, que se
vieron en todo el mundo árabe, sobre las víctimas civiles de los bombardeos
angloamericanos".
Por ello, Fisk cree que "ayer se comprobó algo extremadamente peligroso".
"Las explicaciones de Buford son similares a las que hacen los israelíes
después de matar a un inocente". Por ello, "la enseñanza" que se puede extraer
de las muertes de ayer es que "entre los militares norteamericanos hay algunos
elementos que han acabado por odiar a la prensa y quieren hacer tierra arrasada
con los periodistas presentes en Bagdad".
"Quieren hacer mal a esos mismos que, por decirlo con las maliciosas palabras
del ministro del Interior británico, David Blunkett, trabajan 'dentro de las
líneas enemigas'", continúa Fisk. "¿Podría deducirse que esta afirmación, es
decir, que los corresponsales de guerra internacionales están en realidad
colaborando con el enemigo de Blunkett, se está transformando en una especie de
condena a muerte?", se pregunta.
Fisk, que en su crónica acusa también al régimen iraquí del asesinato de
periodistas en los últimos años, fue duramente criticado el pasado 3 de abril
por el ministro de Defensa, Geoff Hoon, quien afirmó que se deja voluntariamente
engañar por el presidente de Irak, Sadam Husein, y que sus fuentes de
información son dudosas. Fisk había informado sobre el terreno de que las
matanzas perpetradas contra dos mercados populares bagdadíes habían sido
cometidas por las fuerzas de la coalición, y no por misiles de las defensas
antiaéreas iraquíes, tal como pretendían Londres y Washington. Europa Press
|