Bélgica introdujo el voto electrónico en 1991 para resolver los problemas
derivados de la complejidad del sistema electoral belga (voto obligatorio, hasta
cinco procesos electorales simultáneos, tres lenguas diferentes, hasta 87
candidatos por lista y elección). Dicho sistema suponía un enorme gasto de
tiempo a causa de los procesos manuales de validación y recuento de votos, que
resultaban bastante tediosos y tenían un considerable margen de error. Para
superar estas dificultades, Bélgica eligió un sistema simplificado, reemplazando
las papeletas por una tarjeta magnética que aunque no modifica el proceso
existente sí incorpora aspectos de seguridad física y tecnológica. El sistema
Digivote desarrollado por Steria ha sido utilizado en las últimas elecciones
municipales y federales belgas.
En las elecciones nacionales celebradas el pasado domingo 18 de Mayo, Steria
desarrolló las nuevas aplicaciones usadas para preparar el proceso de votación
electrónica en óptimas condiciones de seguridad. Gracias a este sistema, los
primeros resultados fueron anunciados 15 minutos después del cierre de los
colegios electorales, con el consiguiente ahorro del tiempo que antes era
necesario para un fiable recuento de votos.
"El sistema de voto electrónico funciona a la perfección en Bélgica y evita los
problemas relacionados con la complejidad de nuestro sistema electoral. Nuestras
encuestas han señalado que los ciudadanos están satisfechos con el sistema.
Nuestro objetivo es que todos los electores belgas voten electrónicamente en el
año 2006, y estamos en vías de alcanzar esta meta. Bélgica sigue siendo el
pionero europeo en el voto electrónico" señala Luc Van Neste, Director de
Gestión de Oficina del Censo y Estadísticas del Ministerio de Interior belga.
Voto electrónico para los discapacitados
Además de desarrollar el sistema de voto electrónico Digivote, Steria ha ayudado
a la entidad socio cultural Toemeka para familiarizar a los discapacitados con
el voto electrónico durante las elecciones celebradas el 18 de mayo. Steria ha
trabajado junto a Toemeka para formar a unas 300 personas discapacitadas,
preparar versiones de prueba, instructores y máquinas de voto.