Así, en estos momentos, existen numerosos entornos
paralizados no sólo por el efecto de Bugbear.B, sino por otros virus. Un claro
ejemplo de ello es el gran número de incidencias provocadas por el nuevo gusano
Mapson, un código malicioso de origen mexicano que en tan solo 24 horas se ha
colocado a la cabeza de los más dañinos. Concretamente, en estos momentos ocupa
ya la segunda posición de la lista de los diez virus más frecuentemente
detectados por la solución antivirus online y gratuita Panda ActiveScan.
Mapson hace uso de la ingeniería social para tratar de engañar a los usuarios y
conseguir que ejecuten el archivo en el que el gusano llega al equipo. Para
ello, el e-mail que contiene a Mapson puede presentar varios asuntos y cuerpos
de mensaje, así como nombres de archivo adjunto y direcciones de remite
Además, Mapson puede enviarse a través de aplicaciones de intercambio de
archivos peer-2-peer (P2P) tales como Kazaa, EDonkey o Morpheus, entre otros.
Para ello, crea, en los directorios donde se almacenan los archivos compartidos
a través de dichos programas, una gran cantidad de ficheros con nombres
atractivos para los usuarios y que hacen alusión a artistas famosas, programas
informáticos, etc.
Sin embargo, Mapson es un código malicioso que, por sus características -muy
similares a las de otros gusanos de correo electrónico y aplicaciones peer-to-peer
(P2P)- no debería haber tenido mayores consecuencias. Esto podría explicarse por
la existencia de un gran número de ordenadores afectados por la acción de
Bugbear.B sin que el usuario sea consciente de ello y que, por lo tanto, son
vulnerables ante las acciones de otros códigos maliciosos. Por ello, no debe
descartarse que pueda ocurrir algo similar con nuevos virus que puedan aparecer
o con algunos de los que se encuentran habitualmente en circulación.