La RIAA exigió a ambas instituciones los datos de algunos de sus estudiantes
al estar convencidos de que usaban sus estructuras para descargar archivos
ilegalmente. No obstante, la respuesta de estas ha sido clara, Nones. Según sus
abogados no existen pruebas suficientes que involucren a personas vinculadas a
estas organizaciones con actividades ilegales por lo que no es posible entregar
la información solicitada.
MIT y el Boston College dijeron que los regimenes internos de protección de la
privacidad de sus alumnos deben prevalecer ante cualquier duda. No entienden
además, como la RIAA ha podido averiguar quienes y cuales
son, debido a que no existe ninguna manera de identificar a quienes acuden a
estos lugares, ya que el sistema de acceso utiliza IPS dinámicas, en lugar de
las IPS fijas que permiten identificar a los ordenadores que acceden a la red.
La solicitud de la RIAA, dicen ambas instituciones,
obligaría a indagar que estudiantes estaban conectados en las horas que
presumiblemente se accedió a los servicios P2P y que IP utilizó cada uno de
ellos.
El MIT manifiesta que no se opone a las leyes que protegen el copyright, aunque
cualquier solicitud debe venir acompañada de las pruebas suficientes que
demuestren alguna actividad ilegal por parte de las personas presuntamente
implicadas. Para el MIT, el nombre de usuario que se usa en Kazaa o el IP
utilizado en el momento de la conexión es totalmente insuficiente.
Por su parte la RIAA señalo que seguirá el proceso iniciado contra los
estudiantes implicados a la que ahora podría añadirse una petición al juez para
que obligue a los centros de enseñanza a desvelar el nombre de los usuarios, tal
como ya sucedió con Verizon.