El director general de la empresa Oelli, Jorge Lizárraga, precisó a los
periodistas que esta circunstancia genera pérdidas anuales de unos 110 millones
de dólares en un mercado donde se gastan unos 410 millones al año.
De esta suma, unos 260 millones se destinan a adquirir consolas y accesorios
para los vídeo-juegos, mientras los 150 millones restantes a adquirir programas.
Lizárraga explicó que los efectos nocivos de la piratería son que dificulta la
llegada de inversiones, deprime el mercado laboral en este ramo y dificulta la
implantación de empresas de electrónica y telefonía celular, entre otras.
El empresario, cuya compañía se dedica a desarrollar estrategias para consolidar
la venta de estos productos de ocio, detalló que el sector del vídeo-juego
genera en todo el mundo unos 50.000 millones de dólares al año, suma que crecerá
hasta 85.000 millones en 2006.
La industria del juego para vídeo y consolas se concentra en un 42 por ciento en
EEUU, en un 31 por ciento en Asia, sobre todo en Japón, un 25 por ciento en
Europa y sólo un 2 por ciento en el resto del mundo.
Del 23 al 26 de octubre próximos, se celebrará en la capital mexicana la Feria
del Juego Electrónico 2003, con sesenta pabellones de empresas del ramo y varios
torneos para los asistentes, que podrían llegar a 14.000, concluyó Lizárraga.