Una nueva herramienta, llamada Bugscan soluciona en gran parte esta
situación, al examinar el código binario de la aplicación descargada en busca de
posibles brechas de seguridad o errores.
Los desarrolladores de la aplicación parten de la teoría de que no todos los
productos han sido suficientemente comprobados por sus autores, pudiendo
contener bugs que arriesguen la estabilidad del equipo.
Bugscan comprueba en aquellos softwares escritos en C o C+ y también en las
librerias dll, utilizadas por Windows. Un informe final ofrece el resultado de
la investigación. Sin embargo, el miedo a los virus y worms evita una mayor
extensión de sus informes evitando que sea usado para fines contrarios para los
que fue diseñado.