Más de 60.000 personas han sido prejubiladas
en España
durante el último año, según estimaciones basadas en un informe del Consejo
Económico y Social (CES) al que ha tenido acceso la revista Júbilo. Cada año, en torno a
50.000 personas mayores de 50 son expulsadas del mercado laboral, y este colectivo representa el
64% de los despidos provocados por los expedientes de regulación de empleo. Para el Inem,
donde en la
actualidad hay registrados 225.000 parados de más de 55 años, esto supone un
coste medio
anual en prestaciones de 600 millones de euros.
Por otra parte, un reciente estudio elaborado por el IESE asegura que el
porcentaje de los
trabajadores españoles de entre 55 y 64 años que se mantiene en activo no llega
al 40%, y
sólo un 3,7% de las nuevas jubilaciones proviene de empleados de más de 65 años,
con lo que la edad media de jubilación real en nuestro país se ha adelantado a los 62,5
años.
Actualmente, empresas como Telefónica, Renfe, Iberdrola, Santander Central
Hispano, BBVA o Seat están acometiendo recortes de plantilla que darán lugar a unas 22.000
prejubilaciones.
Las grandes compañías son las que mejores condiciones ofrecen, pero en
declaraciones a
Júbilo, el presidente de la Federación de Jubilados y Pensionistas de UGT, José
Rodríguez
Villarroel, asegura que ³sólo el 10% de los prejubilados sale beneficiado. El
resto pierde
gran parte de su poder adquisitivo². La jubilación anticipada se penaliza entre
un 7 y un 8%
por cada año de adelanto hasta edad oficial de jubilación. Por tanto, un
prejubilado puede
percibir hasta un 35% menos de la pensión que cobraría si hubiese trabajado
hasta los 65.
A la hora de elaborar un plan de prejubilaciones, los objetivos de las empresas
se limitan
únicamente a la reducción de costes, pero no se realiza un análisis estratégico
previo de
carácter cualitativo sobre sus consecuencias de pérdida de capital intelectual y
pérdida de
talento. A pesar de que estos trabajadores son los de mayor experiencia,
conocimientos,
fidelidad y cultura de empresa, no existe un sistema de transferencia
intergeneracional de
conocimientos y de experiencia de los prejubilados que ayude a no descapitalizar
intelectualmente la empresa. Por otra parte, resulta difícil valorar cómo afecta
el plan a
la motivación y aspiraciones de los empleados de entre 45 y 50 años
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