Agencias -
De acuerdo con informaciones aparecidas en el diario "South China Morning Post",
las inmediaciones de la base espacial han sido rodeadas por un cordón policial y
sólo las personas que poseen pases especiales o invitaciones gubernamentales
tienen acceso al lugar.
Pese a la expectación que el lanzamiento ha despertado en el lugar, en el que se
han concentrado turistas, curiosos y reporteros chinos y extranjeros, el
Gobierno de Pekín ha decidido mantener el carácter altamente secreto del
acontecimiento, dado que el programa espacial lo desarrolla el Ejército Popular
de Liberación.
Pekín todavía no ha revelado el nombre del primer astronauta chino -hasta el
último momento no lo sabrá ni siquiera el propio cosmonauta-, ni la fecha exacta
del lanzamiento, que está prevista entre el 15 y el 17 de octubre, "cuando las
condiciones meteorológicas lo permitan".
Aunque gran parte de la opinión pública china admite que apenas sabe nada del
lanzamiento y muchos ciudadanos ni siquiera han oído hablar del tema, los
hoteles de la ciudad de Jiuquan, próxima a la base de lanzamiento, están
completamente llenos.
Los responsables del programa espacial, con el comandante Zhang Qingwei a la
cabeza, han destacado hoy que el lanzamiento de esta semana puede servir de
impulso a la carrera espacial mundial, dado que países como EE UU y Rusia han
reducido considerablemente el presupuesto de sus respectivos programas en los
últimos lustros.
Si el lanzamiento de esta semana es un éxito, China proyecta proseguir su
programa con el lanzamiento de un telescopio espacial similar al "Hubble" en
2005, el envío de una nave a la Luna en 2006 y el establecimiento de una
estación espacial permanente en 2010.
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