Alrededor de uno de cada cinco estadounidenses es considerado obeso. Aunque ese problema se ha divulgado, el incremento de la obesidad grave ha pasado inadvertido, dijo Sturm.

"Clínicamente, la obesidad grave, lejos de ser una condición patológica que sólo afecta a un porcentaje fijo de individuos genéticamente vulnerables, parece como una parte integral de la distribución de peso de la población estadounidense", dijo.

El hallazgo es significativo, dijo Sturm, porque la gente con un exceso de 100 (45,4 kilos) a 200 libras (91 kilos) o más van a presentar diferentes problemas de salud.

Muchos consultorios y hospitales no están equipados para los pacientes gravemente obesos, que pueden no caber en el equipo estándar de imágenes, la mesa de operaciones o las sillas de ruedas, dijo el estudio.

"El alojamiento de los pacientes gravemente obesos ya no será un suceso raro, y los proveedores tienen que prepararse para tratar a estos pacientes regularmente", agregó.

El hombre típico con obesidad grave pesa 300 libras (136,1 kilos) con una estatura de cinco pies y 10 pulgadas (1,78 metros), mientras que la mujer típica con obesidad grave pesa 250 libras (113,4 kilos) con una estatura de cinco pies y cuatro pulgadas (1,63 metros), dijo el informe.

Los hallazgos, publicados en la edición más reciente de Archives of Internal Medicine, se basaron en un análisis de los datos de un sondeo telefónico del gobierno de 1,5 millones de adultos realizado entre 1986 y el 2000. El sondeo incluyó una pregunta sobre el peso corporal.

Dado que la gente tiende a subestimar lo que pesa mientras aumenta de peso aún más, "estas estimaciones (basadas en el peso auto-reportado) son más propensas a subestimar esta tendencia", agregó.

Sturm comentó que los sondeos hallaron que la cifra de estadounidenses clasificados como obesos casi se duplicó entre 1986 y 2000 de uno en 10 a uno en cinco. Pero el número de los que tienen un sobrepeso de 100 libras (45,5 kilos) o más se cuadruplicó durante el mismo período de uno en 200 a uno en 50.