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Brasil, considerado como un "paraíso virtual" para los "hackers",
los expertos en informática que ingresan a sistemas privados para sabotear o
robar información, tenía una frágil legislación para este tipo de delitos.
La ley, además de castigar con penas más severas a los
invasores de computadores, también contempla sanciones para la clonación de
teléfonos celulares y falsificación de tarjetas de créditos.
La propuesta, presentada desde 1999 por el diputado Luiz
Piauhylino y que por diversos motivos estuvo archivada, pasará ahora para su
aprobación definitiva en el Senado.
El legislador oficialista Nelson Pellegrino, explicó que "quien
ingrese de manera indebida o sin autorización a un medio electrónico o sistema
informático incurrirá en castigo de tres meses a un año y multa por perjuicios".
La misma pena de prisión se concederá a quien facilite este
tipo de delitos suministrando información confidencial y a los encargados de
crear y difundir virus electrónicos.
La iniciativa contempla también modificar el Código Penal
para aumentar en dos tercios la pena actual de cuatro años de cárcel para
quienes fotografíen, publiquen o divulguen por cualquier medio escenas de sexo
explícito o pornográficas con menores de edad.
En cuanto a la clonación y comercio ilegal de celulares y
tarjetas de crédito, la legislación prevé un castigo de uno a cinco a;os de
prisión, además de la multa por perjuicios.
La aprobación del proyecto de ley por la Cámara baja ocurrió
el jueves pasado un día después de que las autoridades desmantelaran una red de
"hackers", quienes en el último año realizaron estafas comprobadas por 10
millones de dólares.
La operación "Caballo de Troya", con 205 policías, detuvo en
cuatro estados de Brasil a 23 personas que integraban la red, que según datos
extraoficiales en los últimos a;os habían realizado robos desde la red Internet
por 33 millones de dólares.
El operativo, que dispuso de tres aviones, actuó en los
estados de Pará, Goiás, Maranhao y Piauí, donde los "hackers" llegaban a hacer
estafas diarias de 115 mil dólares por empresa.
A través de correos electrónicos a clientes de empresas y
bancos, los "hackers" lograban instalar programas para rastrear las máquinas de
ellos y luego transferir fondos a cuentas "fantasmas" de las que el dinero era
retirado de manera inmediata.
Cerca del 40 % de los "hackers" presos ya habían sido
detenidos entre junio y julio del año pasado, pero la falta de una legislación
más severa permitió su excarcelación inmediata.
El programa creado por los "hackers" capturados tiene el
nombre de Projam y permite el envío masivo de 10 mil mensajes electrónicos de
manera simultanea, con los cuales lograban obtener un promedio de 500 "posibles"
víctimas. |