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Agencias - Pero la burbuja ha estallado, y los libros
electrónicos aún son el pariente pobre del mundo editorial dado que los
consumidores prefieren volver las páginas por sí mismos cuando se acomodan para
leer un buen libro.
"La euforia sin límites del principio pertenece al pasado", dijo Arnoud
de Kemp, uno de los editores electrónicos más importantes con la compañía
mediática Springer de ciencia y negocios.
Tres años después de que el 'e-book' alcanzara su nivel máximo de publicidad y
el interés de los principales editores del mundo, este fue el gran "fantasma"
durante la última feria del sector que se celebró el pasado mes de Octubre en
Francfort.
Su ausencia en la oferta de las editoriales tenia una lógica
realista, señalaban los expertos, tras el anuncio de importantes librerías
online de apartarlo de sus "estantes virtuales".
Estos ponían como ejemplo, como el mayor vendedor de libros de Estados Unidos,
Barnes & Noble, discontinuaba su venta . "No vimos que las ventas
despegasen como, tanto nosotros como otros, habíamos anticipado", explicaba
un portavoz de esta firma
Ahora las editoriales ven el sector del libro electrónico
como un mercado mucho más pequeño que aún no ha despegado.
"Las expectativas se sobredimensionaron mucho en el momento de la burbuja de
Internet", dijo la editora británica Helen Fraser, directora manager
de Penguin.
La ejecutiva señalo que este mercado aún tiene buenas
expectativas en sectores muy concretos aunque su éxito dependerá también de la
aparición de nuevos dispositivos que hagan más fácil su lectura. "Las ventas
suben mes a mes", dijo a Reuters.
Fraser señaló que si Penguin vendía 40.000 copias de un libro impreso,
normalmente vendía del mismo título 4.000 ejemplares de libros audio y 400 de
electrónicos.
En la batalla tecnológica por encontrar la forma perfecta de leer electrónicos
en el ordenador personal o en la pantalla de la agenda, los formatos existentes
no han atraído al consumidor.
David Steinberg, presidente de estrategia corporativa e internacional de
HarperCollins, en Nueva York, dijo: "Había una guerra de formatos.
Compitieron y no son compatibles. Eso crea resistencia", haciendo hincapié
en lo malo que fue para el sector la presencia de dos grandes jugadores cada uno
de ellos con su propio estándar e intentando atraer a partes de la industria s a
su formato. Fue malo para el sector y para los consumidores. "Hace
tres años, había una gran cantidad de novedades pero no conseguimos ponernos al
día. Evitamos digitalizar todas nuestras obras y colgarles en la Red",
añadió.
Steinberg manifestó que los libros electrónicos, aún una pequeña porción del
total del negocio, tienen un índice de crecimiento anual "por encima del 30
por ciento" y que HarperCollins ya ha editado electrónicamente la obra
completa de la escritora del suspense Agatha Christie.
Sin embargo, la buena relación del lector con el libro impreso está lejos de
acabarse, porque concluyó Chris Barnard, analista tecnológico en la consultora
IDC: "Un problema es que los libros electrónicos están en contra de una
tecnología muy establecida, es decir, los libros. Y la mayoría de la gente está
feliz con esa tecnología".
Por el momento y hasta que la industria no resuelva esta
contradicción se acabaron las novedades en este formato y por primera vez,
durante estos últimos años, las tiendas online promocionaran el formato
"original" frente al electrónico durante estas navidades.
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