Agencias - El pedido fue dado a conocer hoy por el
diario científico británico New Scientist.
El dispositivo, finalizado hace dos años, fue apodado "orgasmatrón",
por el nombre de un aparato de similares características que aparecía en la
película "Barbarella", de 1968, y es actualmente puesto a punto por un equipo de
investigadores estadounidenses
"Pensaba que tendría muchas mujeres tocando a mi puerta
dispuestas a participar en el experimento, pero por el momento estoy luchando
para encontrar voluntarias", dijo Stuart Meloy, dueño de la patente del
orgasmatrón.
Sólo una mujer se sometió a la primera fase del estudio,
aceptando que se le implantaran conductores eléctricos conectados a un
dispositivo interno.
La mujer, que no tenía un orgasmo desde hacía cuatro años,
mantuvo relaciones sexuales siete veces en nueve días con su marido, logrando
siempre orgasmos.
En la segunda fase del experimento, todavía impracticada, un
dispositivo telecomandado de pequeñas dimensiones será injertado bajo la piel de
la voluntaria.
Según el investigador, la operación no involucra más riesgo
que el que produce una "inyección anestésica", pero otros expertos alertaron
sobre posibles efectos colaterales, sosteniendo que un implante sería una
solución demasiado extrema y mecánica para un problema sexual que en general
tiene raíces psicológicas.
Según el cirujano, la idea del orgasmatrón se le ocurrió por
casualidad, durante una operación en la que instaló en la columna vertebral de
una paciente un aparato estimulador de la espina dorsal destinado a aliviar los
fuertes dolores de espalda que ésta sufría. En esa ocasión, Meloy descubrió que
leves impulsos eléctricos provocaban éxtasis sexuales en su paciente.
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