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Agencias - M.A.M., de 30 años, residente en Torrelavega,
deberá además pagar una multa de 990 euros como autor de un delito contra la
propiedad intelectual e indemnizar con cantidades que suman 44.284 euros a las
tres sociedades de autores y editores que lo habían denunciado en nombre de los
propietarios legítimos de los discos, los ficheros de música en MP3 y los
programas incautados: la SGAE, AFYVE y ADESE.
Este joven había alegado que las copias halladas en su casa
eran para su uso privado, puesto que la condición que el Código Penal establece
para entender que se ha cometido un delito es que exista ánimo de lucro, pero el
juez considera que esa excusa "difícilmente puede ser admitida" en este caso por
"comprensivo" que quiera ser.
"Cabría tal suposición de tratarse de algo accidental,
esporádico o bien de un número muy limitado de reproducciones, pero el material
utilizado y el elevado número de esos elementos, unido a la evidente notoriedad
que alcanzó esa actuación, son factores que llevan al único convencimiento
posible de que con ese proceder se obtuvo o se pretendía obtener, a través de
ingentes ventas aunque a precios muy reducidos, unas ventajas económicas",
razona el magistrado Javier Cruzado, titular del Juzgado de lo Penal número 1 de
Santander.
El juez reconoce que "es cierto" que no se ha
presentado en este proceso ningún testigo que corrobore que M.A.M. vendía discos
piratas, pero precisa que "también lo es que debió alcanzar tal resonancia que
llegó a conocimiento de los profesionales encargados de las asociaciones
protectoras y de la propia Policía".
A sus razonamientos el magistrado añade su
convencimiento de que "la tenencia de casi 5.000 discos compactos, en los que se
hallaban grabados producciones originales, es significativo de que se estaba
utilizando, como así realmente fue, para su propia venta".
La sentencia reconoce
que hacer copias para consumo propio "no es delictivo", pero "siempre y cuando
quede centrado en un reducido ámbito, que es lo que aquí precisamente no ha
sucedido".
La sentencia también condena a otro joven de 32 años que fue detenido
el mismo día que el anterior, A.M.I.G., aunque a una pena menor (un año de
cárcel y 480 euros de multa), ya que indemnizó a las empresas editoras antes del
juicio y reconoció ante el juez los hechos que se imputaban. En su caso, la
Policía le requisó 4.296 copias de música, películas y vídeo juegos, una lista
de 16 folios con los juegos de la consola PlayStation que tenía a la venta y una
libreta con anotaciones sobre pedidos.
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