Agencias - Después de la vorágine de las fiestas navideñas se
intensifican los problemas de pareja, según un estudio del psicólogo y sexólogo
Antoni Bolinches, quien dice que el 22% de las separaciones -por lo menos
lo que ha visto en España- se produce una vez culminado el año. Y la razón
fundamental se debe a las discrepancias asociadas a la forma, lugar, manera y
personas con las que se desea compartir estas fechas.
Argumenta el especialista que el primer motivo para la separación se produce por
"el contraste entre la felicidad oficial que defiende nuestra cultura en
estas fiestas y la realidad vital de la pareja". Tajante afirma que "las
discrepancias del resto del año se agudizan como consecuencia de la
disfuncionalidad entre lo que desearía hacer una parte y lo que querría la
otra".
El profesional se atreve a decir que el quiebre se produce precisamente durante
las vacaciones de verano. Sostiene que hay "una saturación convivencial" en
aquellas parejas que se caracterizan por su "distanciamiento emocional"
durante el resto del año "y de repente se ven obligados a compartir".
Bolinches dijo a Europa Press que basó su estudio en 503 parejas en los últimos
diez años. Del total, 379 superaron la crisis y 124 decidieron separarse
definitivamente entre diciembre y enero, de ahí el "síndrome navideño de la
pareja".
Saturación bilateral
El autor del estudio clasificó a las parejas en tres grupos.
El primero lo identificó como "parejas divergentes", que han evolucionado de
forma distinta en los 15 ó 20 años de convivencia.
"Tienen sus propios intereses y durante el resto del año están con sus
propios proyectos. Es durante el periodo vacacional cuando se dan cuenta de lo
alejados que están", asegura el psicólogo.
El segundo tipo lo constituyen las "parejas saturadas". "Se trata de
parejas que están cansadas de aguantar los múltiples conflictos aparecidos
durante los años de convivencia por cuestión de carácter, proyecto de vida o
escala de valores", explica.
Argumenta que esta saturación puede ser bilateral, cuando los dos componentes de
la pareja tienen pocas cosas en común excepto un inicial deseo sexual que se va
deteriorando con la convivencia y conflictos. "Y llega un día en que no se
soportan y las vacaciones son un factor de riesgo complementario", resalta
el profesional.
Por último, está el grupo de las "parejas desencantadas" que es el caso
más frecuente. Bolinches precisa que es la crisis menos grave y se da entre
parejas jóvenes. "A medida que se consume la fase pasional, que suele durar
los primeros dos o tres años, ambos van tomando conciencia de que, salvo para
hacer el amor, prefieren pasar el tiempo en compañía de más gente porque solos
se aburren", concluye.
|