Un equipo de expertos del Grupo Asesor en Radiación No Iónica (AGNIR), dirigido
por Anthony Swerdlow, ha examinado durante los últimos tres años el
posible daño provocado por el uso de los móviles y ha concluido que las
evidencias "no sugieren" que el nivel de radiación sea perjudicial. El
profesor Swerdlow advirtió, en cualquier caso, que esos teléfonos "llevan en
uso un período relativamente corto de tiempo" y que por ello es preciso
seguir investigando.
Algunos estudios previos habían señalado que la radiación procedente de los
móviles podría provocar tumores cerebrales, dolores de cabeza, desórdenes de
sueño y pérdida de memoria.
Sin embargo, el equipo dirigido por el profesor Swerdlow no ha encontrado
ninguna prueba de ello y ha señalado que los niveles de exposición a las
radiaciones procedentes de la telefonía móvil son muy bajos.
Este ha sido el primer estudio en profundidad sobre este asunto realizado en
el Reino Unido desde el del llamado Grupo de Expertos Independientes en
Telefonía Móvil (IEGMP) en 2000.
En ese informe se afirmaba que los móviles podrían tener algún tipo de efecto
biológico, si bien por debajo de los niveles perjudiciales de radiación, por lo
que recomendaba "precaución en su uso".
El nuevo estudio ha sido muy bien recibido por las operadoras de telefonía
móvil en Reino Unido. Mike Dolan, director ejecutivo de la Asociación de
Operadores de Telefonía Móvil, dijo hoy que "confirma claramente" que "la
tecnología móvil no tiene efectos adversos para la salud". Más de 47
millones de británicos tienen un teléfono móvil, cerca del 70 por ciento de la
población del Reino Unido, donde son más populares que en EEUU, pues en ese país
sólo el 40 por ciento de los adultos tienen uno |