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Sergio Rivas - Más de alguien habrá estado largas horas
decidiendo qué vino llevar entre todos los que ofrece un supermercado. Eso fue
lo que pensaron en la viña San Esteban cuando se decidieron a exportar sus vinos
chardonnay y cabernet a Estados Unidos.
Se decidieron por darle un nombre en inglés original y relacionado con la
profesión más antigua del mundo. Como explica Horacio Vicente, encargado de
mArketing de la emergente viña San Esteban, están tratando de llegar al mercado
norteamericano de manera distinta y muy particular. "No es la típica etiqueta
elegante con el portón de una casa o con un castillo, sino que muestra a una
señora paseando a un perro poodle y la contraetiqueta dice esto puede ser real,
puede ser una gran puta (Royal Bitch), puedes quejarte de mí, pero no de mi
vino", cuenta.
Explica que "hay que imaginar al gringo que tiene una comida, va al
supermercado y hay una pared de vinos de todo el mundo. Va a elegir el vino
francés para quedar bien con el dueño de casa, pero además va a llevar el Royal
Bitch como broma. Llegan a la comida, destapan las dos botellas y resulta que
nuestro vino es mejor que el otro, o sea, es una buena broma".
El Royal Bitch se acaba de introducir al mercado estadounidense, por lo que hay
que esperar la respuesta del público de ese país, aunque ya se aseguraron varios
pedidos de los distribuidores.
Recuerda que en Chile también hicieron algo similar hace algún tiempo. Sacaron
al mercado las botellas de vino Condorito. "Garganta de lata era el tinto y
Yayita el blanco, se vendió harto", precisa el encargado de marketing de
esta viña del valle del Aconcagua que partió en 1993.
Eso sí que para ver Royal Bitch en los supermercados y botillerías del país
falta todavía, ya que, según Horacio Vicente, el mercado chileno aún no está
preparado, "aunque las etiquetas están, pero sería para un nicho pequeño,
gente que sepa lo que significa".
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