Con un costo de 22 millones de dólares, este nuevo sistema
-bajo la abreviatura de "Serve"-, tiene como objetivo que los alrededor
de seis millones de militares y civiles estadounidenses que se encuentran fuera
del país puedan votar en las elecciones de noviembre próximo.
Financiado por el Departamento de Defensa, este
sistema es una alternativa para el tradicional método de votación, por correo
regular. Según diversos estudios, uno de cada tres cartas enviadas por este
sistema nunca llega a las urnas.
Pero la polémica sobre la idoneidad de las votaciones por
Internet desde el extranjero se puso de nuevo de manifiesto, al presentarse un
informe realizado por un grupo de expertos (bajo el nombre de Security Peer
Review) a petición del propio gobierno.
En el reporte, los cuatro científicos expresan de forma
rotunda que votar por Internet "es inherentemente inseguro" por lo que este
proyecto "debe ser abandonado de forma inmediata".
Indicaron que ese sistema "es muy vulnerable" a
cualquier variedad de "ciber-ataques", algunos con resultados
"catastróficos".
Añadieron que "ningún otro intento de este tipo se debe
llevar a cabo en el futuro hasta que la infraestructura de Internet y de los
ordenadores personales haya sido rediseñada o aparezcan nuevos controles de
seguridad".
Destacaron que debido a su inseguridad y no total fiabilidad,
votar por Internet desde el extranjero a través del "Serve" "podría permitir
a los hackers (piratas de Internet) alterar los resultados de las elecciones, lo
que provocaría una grave crisis de confianza.
Tras darse a conocer el reporte, en el Departamento de
Defensa señalaron que siguen firmes en este proyecto y que lo usarán,
teniendo previsto lanzarlo al público en "pocas semanas" con la previsión
de que lo usen unas 100 mil personas este año.
La primera prueba del sistema serían las elecciones primarias
demócratas, para después poder usarlo para las presidenciales de noviembre de
2004. Siete estados del país ya han comprometido su uso.
Otro de los autores del informe, el profesor de la
Universidad de Berkley, en California, David Wagner, dijo a The New
York Times que "nosotros creemos que la solución no es un sistema que
introduce graves riesgos sólo por ganar en comodidad".
Por su parte, desde la Asociación Americana de Tecnología
de la Información (ITAA, por sus siglas en inglés) lanzaron mensajes
para contrarrestar la opinión de estos expertos.
El presidente de ITAA, Harris Miller, señaló que el
avance de la ciencia se caracteriza por la toma de riesgos y de recompensas.
"En la industria de la alta tecnología, y si no es así en ciertos círculos
académicos, a esto le llamamos progreso", aseveró.
Miller añadió que en "Serve" se han previsto "suficientes
sistemas de seguridad" para prevenir ciber-ataques, como la firma digital y
los datos en clave.
El portavoz del Centro para el Voto y la Democracia,
Rashad Robinson, señaló que está a favor de estas iniciativas pero que
primero hay que hacer frente al escepticismo que supone para un gran número de
personas votar por Internet.
"La idea de poder votar por Internet sería negativa si no
tenemos sistemas que la gente utilice con seguridad y confianza", dijo
Robinson.
El debate sobre la idoneidad de este sistema tiene como
precedente más inmediato las pasadas elecciones presidenciales, en las que
George W. Bush derrotó al demócrata Albert Gore después de tener que recontar a
mano los votos obtenidos en el Estado de California por fallas en el sistema de
papeletas.
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