Una buena noticia para quienes sufren de fobias, autismo y trastornos alimenticios como la anorexia, se generó en España, pues un grupo de científicos descubrió que la realidad virtual -una exitosa técnica de ingeniería y arquitectura- tiene también aplicaciones terapéuticas en estos casos.

Se trata de INMER, un revolucionario software que de igual modo se utiliza en Argentina para enseñarles a los niños autistas a comprender el comportamiento habitual de la gente, a comunicarse con ellos y tratar de desenvolverse mejor en situaciones que les resultan incómodas.

“Básicamente son gráficos 3D interactivos similares a los de un videojuego de última generación, donde el usuario tiene la posibilidad de desplazarse por el entorno de un supermercado virtual”, explica el doctor Marcos Fernández Marín, del Instituto de Robótica de la Universidad de Valencia, España.

Claro que el usuario debe contar con ciertos dispositivos como un casco especial, guantes sensorizados y posicionadores electromagnéticos durante toda la sesión, que incluye “amigos virtuales” y puede durar hasta 30 minutos. Allí, el paciente interactúa junto a un tutor o profesor que dispone de un panel de control, desde el que puede manipular externamente el entorno virtual, y reaccionar a situaciones como comprar en un supermercado o subir grandes alturas, en el caso de la fobia.

Entre las ventajas de este novedoso sistema están el control del entorno del aprendizaje, la oportunidad de repetición y, al tratarse de una simulación, la mayor facilidad para transferir lo aprendido a entornos reales.