Por Alberto Cabezas (Agencias) - La iniciativa, que
comenzó el viernes con algunas carencias y cientos de becarios bien dispuestos,
se basa en confiar en los pasajeros, que pueden llevarse el libro (el primero de
ellos una antología de textos) a su casa y devolverlo cuando lo terminen.
Si de esfuerzos por leer se trata, el Sistema de Transporte
Colectivo (metro) de la capital de México y la Secretaría de Cultura no los han
ahorrado para tratar de que algunos de los 4,7 millones de usuarios diarios del
metro pasen a ser lectores. Bajo el lema "Para leer de boleto en el Metro",
el programa se ha estrenado sólo en la Línea 3, que une las estaciones de
Universidad e Indios Verdes, que atraviesa de norte a sur las entrañas de esta
ciudad, donde conviven más de 20 millones de personas. "Toma un libro", "Disfruta
de la lectura en tu viaje", y "Deposita el libro al final de tu traslado",
es el mensaje en tres actos del proyecto. Montar en metro cuesta dos pesos (0,18
dólares) y leer en los vagones nada si el viajero consigue uno de los 250.000
libros que decenas de becarios ponen en sus manos estos días.
Vestidos con unas camisetas llamativas de color naranja, unos
380 jóvenes ofrecen los libros para tratar de hacer el diario tránsito más
placentero. El viajero debe saber que si se le da un libro y lo devuelve al
término de su recorrido podrá al día siguiente volver a tomar un ejemplar y
seguir leyendo en la página donde lo dejó en la víspera.
Federico González, secretario particular del Director
del Metro y uno de los promotores de la iniciativa, explicó a EFE que
quieren llevar este proyecto a las diez líneas del metro, si la generosidad se
impone y los libros siguen circulando. González, optimista, aseguró que desde
hace tiempo se trabaja por "provocar algunos cambios en los modelos de
relación de la gente con los libros".
Recordó que en la primera jornada, aunque faltaron algunos
muebles donde se localizarán los módulos con los libros, se entregaron unos
17.000 libros y se consiguió un más que aceptable índice de devolución: del 20
por ciento. "Fue muy importante cuando la tradición en el metro no es
devolver cosas", señaló González, quien cree que no hay que renunciar a
cambiar ciertos modelos de conducta en esta megalópolis.
Recordó que en situaciones críticas como el terremoto de 1985
que sacudieron las conciencias de los ciudadanos, ante la falta de presencia de
las autoridades, surgieron redes espontáneas de solidaridad que pueden
reaparecer con pequeños actos de generosidad cotidiana.
Precisamente uno de los textos que aparecen en el libro "La
solidaridad de la población", de Carlos Monsiváis, alude a aquella
tragedia. Otros de autores que aparecen en esta antología de cuentos, poemas,
crónicas y novelas son Vicente Leñero, Myriam Laurini, Eduardo
Hurtado, Emilio Carballido, Hernán Lara Zavala, Thelma Nava, René Avilés y
Eduardo Parra.
Ellos mismos accedieron a participar en el programa con un acto
de generosidad al percibir sólo 3.000 pesos (unos 280 dólares) por los derechos
de autor de sus textos. Cada dos meses se renovará el libro publicado hasta un
total de seis que se tienen previstos en la primera etapa del proyecto. El
precio unitario de cada libro es de 5,8 pesos (0,5 dólares) y el presupuesto
total de logística, publicidad e impresión, que procede de donaciones, de cinco
millones de pesos (463.000 dólares).
Los datos oficiales apuntan a que los mexicanos leen un libro al
año, muy por debajo del mínimo que recomienda la Organización de Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Esta situación responde en
parte al alto índice de analfabetismo, de cerca del 10 por ciento de la
población y que afecta a unos 10 millones de personas, muchos de ellos indígena
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