El pequeño Nemo nace en la Gran Barrera, en el estado
australiano de Queensland, pero es atrapado por un buceador que lo traslada a
una pecera de Sydney, un largo recorrido que el padre del pez hace, ayudado por
las corrientes del Pacífico, en busca de su hijo.
El arrecife australiano atrae cada año a un millón de turistas, pero "ahora
parece que todos se han vuelto locos por encontrar a Nemo", dijo el director de
Educación de la Autoridad del Parque Marino de la Gran Barrera de Coral, Bruce
Kingston.
De hecho, varias agencias turísticas ofrecen viajes organizados cuyo objetivo es
la búsqueda de Nemo, un entrañable pez que se ha convertido casi en un héroe
nacional.
El propio Acuario de Townsville, Reef HQ, la mayor instalación de este tipo en
el mundo dedicada a un arrecife de coral vivo, ha expuesto una pecera en la que
se pueden identificar a los protagonistas de la cinta: Marlin, el padre de Nemo,
y su compañera de aventuras, Dory, que padece amnesia temporal.
Pero lo que las autoridades tienen claro es que el esfuerzo para atraer turistas
no afectará a la delicada salud de la Gran Barrera de Coral, amenazada como
todos los arrecifes del mundo por la industrialización y el calentamiento de la
Tierra, insiste Kingston.
"El parque está siendo gestionado con mucho cuidado; tanto los operadores
turísticos como los visitantes necesitan un permiso especial para visitarlo, y
en situaciones en las que se congregan muchos turistas intentamos retrasar su
visita o distribuirlos a lo largo de la Barrera", explicó el experto.
Desde cualquier localidad costera de Queensland, estado situado al extremo
nororiental de Australia, se puede viajar hasta el arrecife, y al recibir el
permiso los turistas pagan una cuota que se destina a la gestión medioambiental
del parque.
"Así recaudamos seis millones de dólares (australianos) al año" (4,5
millones de dólares estadounidenses), que se invierten en investigación y
gestión de este espacio marino.
A partir de esta semana, y dada la expectación creada tras el éxito de la
película, quien quiera conocer a fondo el estado de salud del Gran Arrecife
podrá acceder a la página de Internet www. reeffutures. org, un proyecto del
Centro de Investigación del Arrecife y del Instituto Australiano de Ciencias
Marinas.
La web informa sobre la calidad del agua, el blanqueo de los corales, la
biodiversidad de la zona, la presencia de estrellas de mar dañinas, los puertos
y el paso de barcos, la pesca y el turismo sostenible.
Los expertos temen que estos factores y el calentamiento global del planeta
cause un mayor blanqueo de esta estructura de arrecifes de islas, declarada
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El aumento de la temperatura de las aguas, junto a la enorme cantidad de rayos
ultravioleta que se filtran por el agujero de ozono, calientan los corales y
éstos reaccionan expulsando plantas microscópicas de su interior, que causan su
propia muerte.
La nueva página de Internet muestra mapas de la temperatura de la superficie
marina en el arrecife y permite acceder a información muy precisa sobre la
pérdida de color de los corales, especialmente durante los veranos de 1998 y
2002, años muy trágicos para la Gran Barrera.
Los expertos creen que el control diario de las temperaturas indica que si se
produce una oleada de fuerte calor en el actual verano austral se repetirá el
blanqueo de hace dos años.
La Gran Barrera de Coral se extiende sobre 300.000 kilómetros cuadrados en la
costa oriental de Australia, y cuenta con más de 2.600 arrecifes situados a lo
largo de los 2.000 kilómetros de plataforma continental.
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