Arriesgaron sus vidas por él y lo hicieron con gusto. "Simplemente creo que es
un error enorme, enorme", dice Greg Harbaugh, que le hizo reparaciones
durante un par de caminatas espaciales en 1997, informa AP.
"Probablemente es el instrumento o herramienta más importante para la
investigación astronómica y astrofísica desde que Galileo inventó el telescopio,
y pienso que es una tragedia que no hayamos considerado mantener al Hubble con
vida y funcionando la mayor cantidad de tiempo posible", agregó.
Aunque la decisión no es irrevocable, parece poco probable que el titular de la
Administración Nacional de la Aeronáutica y el Espacio, Sean O`Keefe, cambie de
opinión sobre una misión de servicio al telescopio, pues la considera demasiado
arriesgada para los astronautas después de lo que le ocurrió al transbordador
Columbia.
Eso significaría una muerte prematura para el observatorio de 14 años, cuya
fotografía más reciente - difundida la semana pasada - mostró la visión más
profunda del universo jamás tomada, una mezcla confusa de galaxias que se
remontan casi hasta la época de la creación.
Tom Akers, parte del equipo que realizó la caminata espacial para restaurar la
visión del Hubble en 1993, también está a favor de otra misión.
"Definitivamente pienso que es un bien que no debemos desechar", dice Akers, que
enseña matemáticas a nivel universitario en Misurí. "Ese es mi punto de vista y
ellos lo saben".
La NASA se defiende de fuertes críticas desde que en enero O`Keefe decidió
cancelar el último servicio, programado para el 2006.
La semana pasada, debido a presiones del Congreso, O`Keefe accedió a solicitar a
la Academia Nacional de Ciencias que estudie el asunto desde todos las
perspectivas posibles, incluyendo el empleo de robots para instalar cámaras
nuevas.
Sin embargo, no espera reconsiderar enviar astronautas, a pesar de las
protestas.
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