La doctora en Psicología, Yolando Olvera, en entrevista con Notimex, también
comentó que ese estudio, realizado entre 1998 y 1999, se aplicó a 168 alumnos de
la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica Eléctrica, Culhuacán.
Los alumnos fueron divididos en dos grupos, aquellos que tenían excelentes
calificaciones y los que eran estudiantes regulares, a ambos, se les aplicaron
cuestionarios en los que se analizó su nivel de adaptación y lenguaje emocional,
el control de sus impulsos y sus expectativas de vida.
Asimismo se les hizo una medición psicofisiológica muy simple que consistía en
observar las reacciones de los educandos en determinadas situaciones, además de
tomarles la temperatura, ya que está comprobado que cuando una persona está
nerviosa baja su temperatura corporal y a algunas les sudan las manos.
Nosotros, dijo la investigadora, hicimos la medición con grados Fahrenheit y
detectamos que una persona que está nerviosa o bajo estrés, su temperatura baja
de entre 78 a 84 grados, no así aquellas que están relajadas, cuya medición fue
de 90 grados o más.
Una vez analizadas las respuestas de los alumnos, junto con las mediciones
psicofisiológicas, obtuvieron que los estudiantes con alto coeficiente
intelectual no tenían control de sus emociones y que sus resultados académicos
no se vieron reflejados en su vida laboral.
Sin embargo, los alumnos considerados como regulares, sí tenían control sobre
sus emociones y lograron colocarse en el mercado laboral mejor que aquellos que
gozaban de excelencia académica.
Asimismo se obtuvo que los alumnos con alto coeficiente intelectual se
encontraban en constante estrés, lo que los hace propensos a desarrollar
enfermedades de tipo cardiovascular como embolias, ataques cardiacos,
hipertensión o contracturas musculares, úlceras y gastritis.
Ante estos resultados, Olvera señaló que antes, en el terreno laboral, se le
daba mayor importancia a la inteligencia que desarrollara un sujeto durante su
vida académica, lo cual se ha detectado que es un error, ya que una persona que
no tiene control sobre sus emociones, generalmente fracasa.
Explicó que el grupo de investigadores que realizó este estudio se encuentran en
pláticas con las autoridades del IPN con el fin de introducir la materia de
inteligencia emocional desde la educación vocacional hasta el nivel superior,
esto con el fin de que los alumnos sepan controlar sus emociones y puedan
aspirar a un adecuado desempeño laboral.
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