Mientras la Unión Europea (UE) decide a cuánto ascenderá la
multa que impondrá al gigante informático por abuso de posición dominante en el
mercado europeo, Microsoft también se enfrenta a dificultades dentro de casa, y
no sólo en el frente legal, informa el corresponsal de EFE en los EEUU.
Esta semana comenzó en Minneapolis (Minesota) un juicio que
podría durar varios meses y que decidirá si la multinacional cobró de más a sus
clientes en este estado por licencias de software.
La demanda, que pide a la empresa una compensación de 425
millones de dólares, es uno de los casos contra Microsoft abiertos en este país.
Por su parte, la Corte Suprema de Nebraska tiene que decidir
sobre una demanda que alega que la compañía infringió las leyes de protección al
consumidor de este estado.
También en Seattle (estado de Washington) -donde se
encuentran los cuarteles generales de la empresa de Bill Gates- Microsoft se
sentó en el banquillo de los acusados por presunto abuso de su posición
dominante, esta vez demandada por una antigua aliada, la compañía de software
para reproducir audio y vídeo RealNetworks.
Mientras, en el frente europeo, la multinacional anunció que
apelará la condena que se le imponga.
"Quizás los tribunales nos proveerán de la claridad que se
necesita para resolver estas cuestiones", dijo el vicepresidente y consejero de
la empresa, Brad Smith.
El Ejecutivo de la UE tiene abierto un proceso contra el
gigante informático desde 1998 y el pasado agosto señaló que disponía de pruebas
de que la compañía aprovechaba su posición dominante en el mercado para
imponerse en el sector de los servidores de gama baja.
La historia de demandas legales contra el monopolio Microsoft
se remonta a mediados de la década de los 90, cuando el Departamento de Justicia
de EEUU hizo prometer a la empresa que no abusaría de su posición dominante para
frenar el crecimiento de sus competidores.
A partir de entonces, Microsoft ha sido objeto de acusaciones
por parte de sus rivales -desde Netscape, con quien inició lo que se conoce como
"La Guerra de los Navegadores", hasta AOL Time Warner o Sun Microsystems- así
como de las autoridades federales y locales.
Pero ahora Microsoft, con una presencia del 90 por ciento en
el mercado, también se enfrenta a otros quebraderos de cabeza en el plano
puramente comercial.
Los analistas indican que el gigante informático pierde
terreno frente a Linux, el sistema operativo de código abierto que esta semana
recibió un fuerte empujón por parte de Hewlett-Packard.
La compañía de la informática, con sede en el californiano
Silicon Valley, anunció que las computadoras personales que despache a una
docena de países asiáticos, incluyendo India y China, llevarán Linux en lugar de
Windows.
También IBM anunció recientemente que utilizará Linux, en
lugar de Windows, en miles de ordenadores personales que utilizan sus empleados.
Todo ello supone que, en opinión de analistas como Rob
Enderle, del grupo Enderle, Microsoft pueda distraerse peligrosamente de su
negocio justo cuando ha de tomar decisiones importantes sobre su próximo sistema
operativo, cuyo lanzamiento está previsto para dentro de dos años.
Esta semana, por ejemplo, el director ejecutivo de la
empresa, Steve Ballmer, tuvo que cancelar una conferencia en un encuentro de la
industria en Las Vegas para acudir a Bruselas, con lo que dio la razón a quienes
piensan que no se puede estar en todo.
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