Para los extremistas, el teléfono móvil es un detonador
perfecto para provocar la muerte, mientras que para las fuerzas de seguridad es
una herramienta clave para rastrearlos, informa Reuters.
La necesidad de reglas comunes para mantener registros telefónicos fue un tema
importante en un encuentro de la semana pasada de los ministros europeos del
Interior, que buscan mejorar la cooperación como consecuencia de los ataques con
bombas que conmocionaron a Madrid este mes.
"Interceptar las comunicaciones móviles puede ser vital para la recolección
de información de inteligencia", dijo Peter Yapp, un analista de seguridad
de tecnologías de la información de la consultora Control Risks Group, con sede
en Londres.
Las autoridades españolas están trabajando sobre la teoría de que los atacantes
de Madrid usaron teléfonos celulares para detonar de forma remota los explosivos
que, según las cifras actualizadas el martes por las autoridades españolas,
dejaron 190 víctimas fatales.
Los grupos extremistas como el Ejército Republicano Irlandés (IRA por sus siglas
en inglés) y Hamas han usado móviles para detonar artefactos explosivos en el
pasado, dicen los analistas.
Los ataques de Madrid ocurrieron en momentos en que los expertos en seguridad
comienzan a tener más éxito con la interceptación de conversaciones por
teléfonos celulares, a fin de detener a supuestos miembros de Al Qaeda.
INTERCEPTAR O NO INTERCEPTAR
La cifra de muertes en Madrid ha hecho que la policía y los funcionarios de
transporte en toda Europa se preparen para una nueva oleada de ataques urbanos,
y han centrado su atención en los teléfonos móviles.
Para disgusto de las empresas de telefonía, los funcionarios municipales
preocupados por la seguridad y la policía ahora podrían arruinar los planes para
instalar puntos de transmisión de telefonía móvil a lo largo de líneas de metro
en grandes ciudades, dijeron los analistas.
Además, las fuerzas policiales urbanas considerarían la utilización de
tecnologías para interceptar teléfonos como las que usan los militares, para
evitar que ocurra un ataque como el de Madrid, agregaron los analistas.
Los analistas de seguridad dijeron que, en el corto plazo, lo más probable es
que se ponga en práctica una serie de medidas de seguridad como las que ya rigen
en los aeropuertos: examinar maletas y bolsos al azar, instalar más cámaras de
vigilancia y detectores de metales.
Las autoridades tomarían este tipo de medidas antes de invertir en aparatos de
intercepción de alta tecnología.
Por otra parte, las nuevas tecnologías celulares como los teléfonos que operan
sobre redes de tercera generación podrían dificultar las iniciativas de las
fuerzas de seguridad para vigilar a presuntas células terroristas.
Los mensajes de texto y voz sobre redes de tercera generación son más difíciles
de interceptar. Además, los teléfonos pueden programarse con la última
tecnología para ocultar los mensajes.
También existen servicios celulares que no requieren que el cliente se registre
con una empresa de telefonía y garantizan un anonimato casi total.
Otra complicación es que existen grandes brechas entre las redes de telefonía
móvil en todo el mundo. Por ejemplo, un celular robado que se lleva fuera de
Europa Occidental podría funcionar en otra red, en Africa o en Oriente Medio.
"Ahí es donde se requiere un acuerdo internacional. A nivel internacional, si se
puede bloquear un teléfono, eso tendría algún impacto" para reforzar la
seguridad, dijo Yapp.
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