Las casas discográficas, encabezadas por EMI, podrían haberse precipitado en
su intento por evitar la piratería digital, pues cientos de usuarios se quejan
de no poder escuchar sus discos en ciertos soportes, informaba
ayer "Le Monde".
El caso está en los tribunales, donde el presidente de EMI France, Eric Tuong-Cong,
fue convocado por un juez en calidad de testigo asistido, precisa el vespertino.
También han sido requeridos por el juez responsables de otras casas de discos y
distribuidores, como FNAC, dado que el juzgado de Nanterre (norte de París)
amplió a los efectos, el pasado 14 de enero, la investigación en curso.
La Dirección General del Consumo, la Competencia y la Represión de Fraudes (DGCCRF),
autora de un duro informe sobre el asunto, es parte activa en esta información
judicial, agrega el rotativo.
En el origen de esta iniciativa está un conflicto sobre la libertad, a título
privado, de copiar obras musicales, que enfrenta a la industria del disco con
varias asociaciones de consumidores, entre ellas UFC-Que Choisir, señaló el
diario.
El juez de instrucción de Nanterre Alain Philibeaux abrió en noviembre pasado
una investigación sobre la falta de respeto de esta posibilidad, convertida en
un derecho, por parte de las casas de discos, indica "Le Monde".
Entretanto, agrega, varios cientos de consumidores descubrieron la imposibilidad
de escuchar ciertos discos compactos con el logotipo "Copy Controlled" en
numerosos lectores, como pequeños aparatos portátiles, lectores de vehículos o
integrados en una cadena musical, así como en algunos computadores.
De momento, tras el procedimiento civil lanzado, UFC-Que Choisir consiguió en
septiembre de 2003 que el Tribunal de Nanterre obligase a las casas de discos a
mejorar la información a sus clientes, aunque no que prohibiese su sistema
contra la piratería.
La asociación transmitió entonces a la dirección general del consumo, la
competencia y la represión de fraudes (DGCCRF) cerca de 300 testimonios de
consumidores que decían sentirse engañados por las casas de discos.
Según un informe conjunto de los ministerios franceses de Cultura y de
Industria, realizado en enero de 2003, los sistemas de protección, en particular
los utilizados por EMI France, "van más allá de su función inicial, pues
tienen por efecto impedir la lectura en condiciones normales" del disco
digital en un ordenador.
Además, subrayaba el informe, estas nuevas protecciones anticopia son
"fácilmente evitables por los piratas".
La misma investigación "habría desvelado cierta precipitación de las casas de
discos", subrayó "Le Monde", a la par que la DGCCRF denunció el carácter
"insuficiente" de las pruebas sobre las que EMI France se apoyó para lanzar al
mercado sus discos compactos protegidos.
El vespertino precisa que las alegaciones lanzadas de que se realizaron
numerosas pruebas en los aparatos comercializados en FNAC "se revelaron
inexactas", pues la cadena de distribución lo desmintió con pruebas en su apoyo.
Entre ellas una carta, con fecha del 19 de junio de 2003, en la que reconocían a
EMI France su derecho a intentar luchar contra "la proliferación de copias
ilegales", pero "no podían aceptar que ese combate se hiciese en
detrimento de sus consumidores y en prejuicio de la FNAC".
Ante el juez penal y ante la DGCCRF, el presidente de EMI France alegó que su
empresa intentaba hacer frente a la crisis del mercado del disco.
"La generación de los 15-19 años está cambiando de comportamiento frente a la
propiedad intelectual (...) No se trata de un sistema de prohibir la copia, sino
de controlarla", manifestó, según "Le Monde".
El rotativo recuerda que "los discos protegidos disponibles en el mercado son
en su mayor parte editados por la sociedad EMI, aunque desde principios de 2002
los discos digitales que contienen un dispositivo anticopia han sido también
producidos por Universal, BMG, Sony Music o Warner".
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