El único colegio catalán que se ha desvinculado de este proyecto
es el de Barcelona, pues alega que desde septiembre del 2001 utiliza
un sistema de firma electrónica similar al que se puso en
marcha ayer. Carlos Carnicer, presidente del Consejo General
de la Abogacía Española (CGAE), y Pere Lluís
Huguet, decano del Colegio de Abogados de Reus
y director del proyecto de firma electrónica, han rubricado
esta mañana en la sede del Consejo de la Abogacía Catalana (CICAC)
el documento que abre esta nueva puerta de la innovación tecnológica
a los letrados de Cataluña.
Aunque existen algunos precedentes, el proyecto que se ha
presentado hoy tras más de dos años de trabajo es pionero en la
abogacía española, pues es la primera vez que el Consejo General del
Poder Judicial (CGPJ) actúa como certificador de la autenticidad de
la firma y los diferentes colegios, como autoridades de registro.
"Desde que asumí la presidencia, siempre he tenido claro que una
de nuestras prioridades debía ser apostar por el desarrollo
tecnológico de la seguridad en materia de comunicaciones y ésta es
la culminación de los objetivos que nos marcamos en este ámbito", ha
destacado Carnicer.
El presidente del CGAE ha expresado su reconocimiento hacia la
abogacía catalana "porque una vez más ha aportado un toque de
modernidad, no sólo a la abogacía española, sino a la abogacía
universal, pues me consta que ya hay varios países iberoamericanos
interesados en nuestra tecnología de firma electrónica".
La firma electrónica es un conjunto de códigos personales y
privados que se adjuntan al mensaje y se envían por internet, lo que
evita que esta información pueda ser interceptada, manipulada o
falseada.
Gracias a este código personal, el receptor del mensaje no sólo
puede confirmar el origen de la información, sino también la
identidad de la persona que lo envía. A partir de
ahora, los abogados de los diferentes colegios catalanes
podrán renovar su antiguo carné colegial por una tarjeta
con una banda magnética y un chip críptico en el que estará
insertada la firma electrónica.
Con este nuevo sistema los abogados podrán, por ejemplo, enviar
las declaraciones de renta de sus clientes o hacer trámites
ordinarios en los juzgados o registros sin necesidad de salir del
despacho.
Pere Lluís Huguet, director del proyecto, ha destacado que la
firma electrónica "permite la comunicación telemática segura y con
plena validez jurídica entre los abogados y las diferentes
administraciones, así como con sus clientes".
De hecho, la experiencia ya funciona en el Colegio de Abogados de
Reus, del cual Huguet es decano, y el proyecto tiene infinidad de
aplicaciones que todavía se están estudiando.
Carlos Carnicer, quien ha querido dejar claro
que la firma electrónica "no representa el futuro sino
el presente", ha destacado también que el nuevo
sistema supondrá un importante ahorro para el erario
público, "que podrá prescindir de muchos funcionarios que
hasta ahora estaban ahí sólo para atendernos" |