Agencias - Las evidencias de este declive son, según publicó
este lunes The New York Times, el descenso del número de patentes
registradas por estadounidenses, de los premios recibidos y de los artículos
publicados en revistas especializadas.
"El resto del mundo nos está alcanzado. La excelencia
científica no es por más tiempo del dominio exclusivo de Estados Unidos",
afirmó John E. Jankowski, una analista de la Fundación Nacional Científica,
una agencia gubernamental.
Según el diario, que consultó expertos, políticos y
científicos de todo el país, después de décadas encabezando la investigación y
descubrimientos científicos en todo el mundo, Estados Unidos atraviesa una serie
crisis de "talentos".
En el caso del número de patentes registradas por científicos
estadounidenses, el número ha descendido, a pesar de mantenerse como líderes con
un 52 % del total, y los que más han crecido han sido los asiáticos.
La pérdida de liderazgo se observa de manera más nítida en el
número de publicaciones en revistas científicas especializadas -que marcan las
tendencias y descubrimientos más importantes- firmadas por estadounidenses.
El año pasado, este número alcanzó el 29 % del total, muy
lejos del 61 % registrado en 1983. China es su gran rival, con más de mil
artículos publicados por año.
Otra señal de este declive es el número de premios Nobel
recibidos por estadounidenses en la categoría de ciencia y tecnología, que hace
unos años dominaban por completo la nómina de estos prestigiosos galardones.
Después de su punto de mayor gloria, entre los años 60 y 90,
éstos han disminuido en 2000 a la mitad, en favor de científicos de países como
Reino Unido, Japón, Rusia o Alemania.
"Estamos en un nuevo mundo, y cada vez más va a estar
dominado por otros países que no sean Estados Unidos", opina Denis Simon, un
experto del Rensselaer Polytechnic Institute.
El diario señaló que la tendencia se inclina hacia Europa y
Asia, aunque muchas veces los avances y descubrimientos de estos países no se
conozcan del todo bien en Estados Unidos.
Analistas consideran que este declive es "inevitable" debido a la mejora de las
condiciones de vida alrededor del mundo y por la globalización.
Los políticos no se han quedado al margen de esta tendencia,
con los demócratas al ataque y los republicanos a la defensiva.
Los primeros acusan a la Administración Bush de haber
recortado el presupuesto dedicado a investigación e innovación, y concentrar los
fondos de esta partida para gastos en defensa, viajes espaciales y seguridad, en
detrimento de otras áreas.
El presupuesto federal destinado a investigación es de 126
mil millones de dólares (de los que 66 mil millones se van a defensa) pero a
esta cantidad hay que sumar los miles de millones de dólares que gastan
compañías privadas.
Por todas estas razones, y para agravar la situación, el
número de científicos extranjeros que van a los Estados Unidos a estudiar y
trabajar está disminuyendo, lo que compromete el futuro de esta área.
Un dato ejemplifica esta tendencia: en 1999 se doctoraron mil
300 científicos menos que en 1998, un descenso del cinco %.
Para Jennifer Bond, asesora del Council on Competitiveness,
un grupo en favor de aumentar la inversión en este campo, indicó que "muchos
países se han dado cuenta que la ciencia y la tecnología son esenciales para el
crecimiento económico y la prosperidad".
Bond alertó sobre esta situación y aconsejó a los
estadounidenses a "no dormirse en los laureles" y recuperar el espacio y el
prestigio perdido.
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