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Esla hora del "quiet period", bocas calladas y pocas
declaraciones publicas. Las entrevistas serán reducidas al mínimo y cada frase
que se pronuncie será cuidadosamente medida y todo ello en presencia de abogados
especializados en estos menesteres.
Nada puede hacer peligrar una IPO que se prevé como histórica por el ruido que
ha levantado y por su significación como el fin del declive de las punto.com.
Google pretender conseguir con su salida a bolsa 2.700 millones de dólares y
elevar a unos 20 o 25.000 millones la capitalización de la compañía. No esta
nada mal para una firma que ya dispone de 450 millones de dólares en caja, una
enorme cantidad de dinero a la que habremos de sumar lo que se consiga con la
IPO y que la colocara en posición ventajosa frente a otros competidores.
Peligros de la IPO
Algunos analistas han empezado ya a plantear algunos problemas que se pueden
derivar de esta oferta publica de acciones.
La primera, de la que ya nos hacíamos eco ayer, es la fuerte dependencia de los
ingresos provenientes del mercado publicitario, un 95% de la facturación procede
de este frente.
El segundo, y crucial para el futuro de la empresa, es el número de empleados
que pueden sentirse seducidos para dedicarse a "otra cosa" tras
enriquecerse "bestialmente" con la oferta de acciones.
En tercer lugar, el fin del "secretismo" que hasta ahora ha
imperado en la compañía. Google deberá esforzarse por explicar el como y
el porque, y no solo esto, sino también el como y cuanto. Los analistas
exigirán información, planes y conocimiento de la estrategia y si es posible de
todo lo que puedan.
En cuarto lugar, transparencia y eficacia. Google se ha visto abrumada en los
últimos meses por el propio crecimiento y éxito de sus programas publicitarios
como los Adwords y su red de afiliaciones Adsense. Esta situación ha provocado
algunos problemas a la hora de gestionar las miles y miles de cuentas creadas y
ya ha anunciado que cederá la gestión del pago a una tercera empresa, lo que
liberara de temas administrativos que pueden desorientar su vocación y
orientación, así como generar problemas, nada bien vistos en este momento.
Por último, la relación con los nuevos inversores. Google seguirá siendo
comandada por los fundadores y el CEO. Estos se han reservado las acciones de
clase A, mientras que las que serán vendidas en la IPO son de la clase B. ¿Que
quiere decir esto?. Que cada acción A tiene 10 votos, mientras que la B
solamente 1.
Toda una clara voluntad de seguir manejando la empresa a su
manera, aunque esto no siempre es posible cuando uno sale a bolsa y es el
centro de atención de todo tipo de analistas, consejeros e inversores.
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